La NBA está preparando un plan de acción contra el coronavirus que afectará a las próximas semanas de competición. Ya se ha tomado una primera medida a modo de aproximación: los periodistas tendrán limitado el acceso a las zonas mixtas y a los jugadores, a los que además tendrán que tratar a dos metros de distancia. Es algo previo a lo que se está planteando en la oficina de Nueva York y a lo que todo el mundo que está dentro de la Liga permanece pendiente. 

Adam Silver y sus asesores ya han tenido una reunión por teleconferencia con los expertos médicos de la franquicia y especialistas en epidemias que trabajen de forma externa para tener la información sobre el virus y cómo se está propagando. En Estados Unidos los casos ya van por un millar en tres cuartos de los estados del país, pero poco se sabe sobre cómo puede avanzar esta enfermedad.

En la jornada de hoy, miércoles, se producirá otra reunión en remoto con los miembros de la Junta Directiva en la que se pondrán sobre la mesa los distintos escenarios y se tomará una decisión ya importante, a la espera de una nueva ronda de consultas que está programada para mañana, jueves. 

Adrian Wojnarowski (ESPN) explica por dónde pueden ir los tiros. Lo primero que se plantean es el realizar ya partidos a puerta cerrada, una medida que no se ha tomado individualmente por el miedo de algunos equipos a ser el primero en hacerlo y lo que ello puede suponer a nivel de reputación. Luego llegaría la gran novedad, una idea que se mira con detenimiento: cambios de sedes de partidos a lugares donde el virus no haya llegado o donde haya muy pocos casos. Por último, ya ha entrado en juego la última y más drástica posibilidad: que se cancelen jornadas, lo cual originaría un problema mayúsculo en el calendario.