El Valencia Basket impulsa la 'Cultura del esfuerzo' a través de la Boccia
Los jugadores del Cadete B del club taronja tuvieron la experiencia de jugar a este deporte paralímpico y comprobar las dificultades que tienen los jugadores de Boccia.


El lema que exhibe todos los equipos del Valencia Basket y todos los vinculados de toda la Comunidad Valenciana es 'Cultura del esfuerzo'. Pero más que un lema es su dogma de fe: la transmisión de estos valores a través del deporte. Y esto no se queda sólo en palabras. Sin ir más lejos, basta con presenciar la última actividad del Área de Desarrollo Personal del club englobada en el proyecto L’Alqueria LAB, presentado hace unos meses con la primera Cátedra de baloncesto como una de sus principales referencias. Los jugadores del Cadete B, entrenado por Juanan Valero, practicaron el juego de la boccia.
Este deporte paralímpico, es una compleja combinación de táctica y habilidad. Se practica de forma individual, por parejas o equipos, sobre una pista rectangular en la que los jugadores tratan de lanzar sus bolas lo más cerca posible de la pelota blanca que sirve de objetivo, a la vez que intentan alejar las de sus rivales. El deporte de la boccia lo practican personas en silla de ruedas que tienen parálisis cerebral, lesión cerebral o discapacidad física severa, y que se colocan en uno de los extremos del campo, desde donde lanzan las bolas.

El Centro Ocupacional La Costera-Canal de Xàtiva, de la mano de David Soler, fue el encargado de acercar este deporte a los jóvenes jugadores taronja. ““Es una exhibición de deporte para personas con capacidad diferente y limitaciones físicas y la intención es transmitir una serie de valores que el deporte puede aportar, y cómo independientemente de la capacidad que tengan las personas, cómo pueden jugar a un deporte que se adapte a sus características” explica David Soler.
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Los jugadores del Valencia Basket experimentaron las limitaciones que tienen las personas que practican este deporte paralímpico, algo muy útil para su educación deportiva. “Creo que es importante que todo el mundo entienda que todos tenemos nuestras propias limitaciones y que a partir del respeto de unos a otros podemos superarlas. Les va a venir muy bien”, comenta el técnico. “La boccia es un gran ejemplo de que con la ayuda de un compañero se pueden conseguir muchas cosas. Uno de sus valores más importantes es ese, que con la colaboración de tus compañeros puedes llegar lejos” argumenta Soler.
Asimismo, Paco Pardo, responsable del Área de Desarrollo Personal del club sacó conclusiones muy positivas: “Todos tenemos capacidades diferentes para aprender. En esta actividad, no contemplamos a los participantes ni como jugadores de boccia ni de baloncesto, sino como deportistas que son capaces de aprender, cada uno a su ritmo y con su capacidad. Es un aprendizaje en valores, sobre personas, más allá del deporte. Queremos un baloncesto inclusivo”.





