Rafa Martínez, un clásico que no se despega de la Copa del Rey
"Venir aquí después de un año difícil para Bilbao estando en LEB tras la trayectoria que tuvo y entrar en la Copa tan rápidamente me ilusiona, no solo a mi sino a todo el mundo", admite.
La Copa ha elegido Bilbao tras una victoria histórica, épica, el domingo en el Palau, con prórroga incluida. El Madrid es el coco que le ha deparado el sorteo. Málaga entregó el billete a un recién ascendido, algo que no había pasado en 21 años. Sólo otro equipo venido de la LEB lo ha logrado (el Fuenlabrada en 1999) y cinco lo han podido contar en toda la historia; aquí se incluye al ya desaparecido Caja Bilbao. El RETAbet ha abierto el plazo para que los socios puedan optar a uno de los 120 abonos para la Copa disponibles (de Categoría 4, a un precio único de 200 euros para todo el evento).
Allí estará Rafa Martínez, que salió de Valencia con la idea de volver a sentirse jugador de baloncesto. Cumple 38 años el 3 de marzo y disfruta como si esto se estuviera acabando. Por eso se embarcó en la aventura del Bilbao Basket, de un recién ascendido. La insistencia de Mumbrú le acabó de convencer, aunque sabía que rompía amarras con la dulce pelea por los títulos. Ni de lejos soñaba con que regresaría a la Copa. Y resulta que estará de nuevo ahí. En un torneo que le ha sido esquivo a este veterano escolta que sí ha tocado pelo con la Liga, Supercopa y Eurocup. Es uno de los cuatro 'hombres de negro' (junto con Sergio Rodríguez, Balvin y Schreiner, este en primera fila con el Andorra en aquel famoso campo atrás de Llull) que saben lo que es disputar la Copa. En la banda se acomodará un Mumbrú que ha vivido unas cuantas, aunque no la levantó, llegó hasta el subcampeonato con Joventut en 1998 y Real Madrid, precisamente en Málaga, en 2007.
En el Palau, Rafa era uno de los más exultantes, hasta cantaba lo de 'Escándalo, es un escándalo' de Raphael. “Son momentos para disfrutarlos, de euforia, cada partido ganado debe ser una fiesta para nosotros porque ganar es muy difícil a estos niveles”, afirma. Y sigue la pauta de su entrenador, de que no conviene lanzar las campanas al vuelo: “Sería un error caer en los elogios, todo eso debilita. Tenemos que seguir nuestro camino Si no damos el 120 por ciento podemos perder tres partidos seguidos”.
Brown le está poniendo muy difícil estar mucho tiempo en la pista, pero un tipo tan veterano como él no se come el coco, tira de mentalidad colectiva. "No me esperaba más minutos, soy un jugador de equipo que se alegra porque el compañero, joven y con proyección, y los demás jueguen. No necesito más minutos, voy a apoyar dentro y fuera de la pista", remarca. Lo que no dibujaba en su mente ni de lejos en verano es llegar hasta la cita de Málaga a mediados de febrero. "No me lo imaginaba y hasta que no acabó el partido del Palau, tampoco; estás ahí y luchas pero nuestro objetivo era otro. Me hace ilusión, venir aquí después de un año difícil para Bilbao estando en LEB tras la trayectoria que tuvo y entrar en la Copa tan rápidamente me ilusiona, no solo a mi sino a todo el mundo".
El Manresa, uno de sus exclubes, está ahora en el horizonte inmediato, el domingo. Miribilla reúne a los dos conjuntos más en forma, con cinco triunfos seguidos cada uno. “El equipo toca con los pies en el suelo, sabe cuál es nuestro objetivo. No hay ningún tipo de relajación nunca. Este equipo sigue luchando, compitiendo, es la clave”, remarca el escolta de Sampedor.
Balvin está en una situación parecida: viene de un año amargo en lo personal, en Gran Canaria, y le está revalorizando este año en Miribilla. Y le emociona regresar a la Copa. “Estamos enseñando que, aunque no tenemos jugadores superfamosos, nos estamos metiendo bien en el mapa”, afirma el pívot checo, quien destacó la química del Bilbao Basket en la pista, "con mucha gente con hambre". “En la Copa, como en la Liga, puede pasar de todo, pero el Madrid es un rival muy complicado, además ya les hemos ganado y estarán más preparados, es un objetivo para ellos y son favoritos. A lo mejor tenemos un 15% de opciones de ganar e igual me estoy pasando”, indica con su soltura habitual.