NBA

El silencio de Doncic: los Mavs no funcionan en el 'clutch time'

El base esloveno se fue sin hablar con la prensa tras la derrota ante los Nuggets. Sus Mavs son uno de los peores equipos de la NBA en los finales igualados.

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Los Mavericks ganaron la temporada pasada 33 partidos y se quedaron sin playoffs, como en las dos anteriores. Ahora están ya en 23 triunfos, nueve por encima del 50% (23-14) y en sexta posición de un Oeste cuya cabeza han rondado desde el inicio de curso. Desde luego, la principal razón es Luka Doncic (29,6 puntos, 9,7 rebotes y 9 asistencias por partido, líder del equipo en los tres apartados), el nuevo referente de una franquicia que sigue en proceso de integrar la pareja que el esloveno forma con Kristaps Porzingis (17,3 puntos y 9,4 rebotes) y en la que, como ha hecho tantas veces en su carrera, Rick Carlisle está sacando el máximo de un grupo de secundarios que no estaban desde luego, y a priori, entre los mejores de la NBA: Tim Hardaway promedia 13,8 puntos, Seth Curry 10,1, Maxi Kleber 9,1, Dorian Finney-Smith 9,1, Dwight Powell 8,9...

Si mantienen su actual ritmo, los Mavs volverán a playoffs, pendientes además de posibles movimientos en el ya menos de un mes que queda hasta el cierre del mercado invernal. Su principal arma es un ataque que se ha movido en esta primer parte de la temporada en números históricos: los Mavericks (116,4 puntos por partido) son terceros en anotación por detrás de Bucks y Rockets (119,4) pero tienen el mejor dato de eficiencia ofensiva con un 115,3 de rating (114 los Rockets) que sería, además, el mejor de toda la historia en una temporada completa, por delante de los Warriors 2018-19, los Lakers 1986-87, los Warriors 2016-17 y los Bulls 1991-92. Una cifra absolutamente espectacular que es simplemente correcta en defensa, donde los texanos ocupan el puesto 16 (108,6 de rating) de las 30 franquicias. Justo por debajo de la media.

Todo son alegrías... con un lunar: los finales igualados. Ahí los Mavericks se están llevando disgustos de forma cada vez más recurrente. En sus cinco partidos de 2020 han sumado dos victorias y tres derrotas. Las tres en finales ajustados: 106-101 contra unos Thunder a los que ganaban por 6 a falta de 5:34 para el final; 120-123 en la prórroga contra los Hornets, que remontaron 12 puntos en los últimos nueve minutos; y 106-107 contra los Nuggets, que también entraron por detrás al último parcial. A eso hay que sumar dos partidos perdidos de forma difícilmente explicable y por un total de 7 puntos contra los Knicks, uno de los peores equipos de la competición, la noche en la que los Raptors les remontaron 30 puntos en los últimos 15 minutos...

En total, los Mavs están 8-12 en los partidos resueltos en clutch time. Es decir, cuando se llegan a los últimos cinco minutos con ventajas de un máximo de cinco puntos para uno de los dos equipos. Un dato negativo... que podía ser mucho peor ya que el equipo de Carlisle se atasca de forma dramática cuando hay que resolver sobre el alambre: ese extraordinario 115,3 de rating ofensivo pasa a ser de solo 91 en clutch time, el 28º dato de la NBA (el tercero peor). Y en super clutch time (los últimos tres minutos en las mismas condiciones de igualdad) cae hasta 77,2. En esos minutos decisivos, los Mavs tienen el tercer peor ataque, la sexta peor diferencia de rating, el séptimo peor porcentaje de rebotes capturados sobre el total posible, el noveno peor dato en ratio asistencias/pérdidas (pasas de canasta por cada pérdida...) y, finalmente, también el tecero peor en porcentaje ajustado de tiro, una medición que valora los lanzamientos de dos, tres y desde la línea de personal. Visto así, ese 8-12 parece, incluso sin ser positivo, difícil de sostener. Y es un mal presagio, aunque todavía queda mucho, de cara a los playoffs. De hecho, de los 16 equipos que ahora mismo jugarían las eliminatorias por el título, solo hay dos con peor balance en partidos resueltos en clutch time: Orlando Magic y San Antonio Spurs.

En la derrota ante los Nuggets, se pasó de un 100-100 a 6:41 del final al 106-107 definitivo. En ese tramo, los Mavericks firmaron un 2/9 en tiros con cuatro pérdidas de balón. En esos momentos de los partidos, es evidente, Carlisle echa de menos contar con algún jugador de más peso específico (al margen de Doncic) que resuelva cuando quema el balón. Más allá del talento puro, parece obvio que faltan en pista playmakers secundarios (jugadores que no dependan de asistencias, normalmente del esloveno, para generar situaciones de anotación) y algo más de poder en las zonas.

Luka Doncic (que tiene todavía 20 años, algo que no hay que perder nunca de vista) tampoco está pudiendo ser decisivo en esos partidos milimétricos que se le acaban escapando a su equipo. Contra los Hornets, falló dos triples que pudieron evitar la prórroga en los últimos 38 segundos. Contra los Nuggets, no anotó en y erró tres tiros en los últimos cinco minutos. Después, se marchó visiblemente enfadado y sin hablar con la prensa, algo que era la segunda vez que hacía en esta temporada. El esloveno parece, en la principal crítica que se le puede hacer, demasiado fiado al tiro de tres tras jugada individual y en step back, un arma que desde luego es ahora una de las más reconocibles de su arsenal pero tal vez no la mejor cuando, de hecho, tiene una eficacia muy alta, anotando y provocando faltas, en acciones en las que busca la penetración. De hecho, en tiros de dos sí está por encima del 50% en clutch time, donde sus estadísticas son peores a las de la temporada pasada, cuando era rookie:

Temporada 2018-19: 135 minutos de clutch time, 44,65 en tiros totales (41/92), 30% en triples (12/40), 66,7% en tiros libres (26/39).

Temporada 2019-20: Por ahora 64 minutos, 34,7% en tiros (16/46), 20,8% en triples (5/24), 64,3% en tiros libres (9/14). Y ya 10 pérdidas, las mismas que en más del doble de minutos de la campaña anterior.

Los Mavs, con o sin Doncic, han jugado 75 minutos de clutch time en este curso (el 14º dato de la liga) y tienen un balance de 162 puntos anotados y 170 recibidos (-8).