Joel Embiid promedió la temporada pasada 27,5 puntos, 13,6 rebotes y 3, 7 asistencias por partido. Números de otra era que le establecieron como uno de los mejores jugadores de la NBA y como la cara del futuro de los Sixers. Sin embargo, en las semifinales de la conferencia Este ante los Raptors, su nivel bajó de manera estrepitosa hasta quedarse en 17,6+8,7+3'3. El jugador además pasó del 48% en tiros de campo de la regular season a un pobre 37%. Su nivel y el descenso de sus números fueron elementos decisivos a la hora de decidir la eliminatoria, que aún así tuvieron opciones de ganar los de Brett Brown hasta el final. Un tiro ganador de Kawhi lo impidió.

El camerunés se convirtió en un mar de lágrimas después de que el balón entrara a canasta tras jugar con el aro, donde botó hasta en tres ocasiones antes de decidirse a entrar. Fue consolado por Marc Gasol, el principal responsable de secarle durante los 7 partidos de la serie. Meses después la historia sigue igual: los Raptors ganan a los Sixers en Canadá con una defensa sublime del español sobre su rival, al que ha dejado en 0 puntos. Una cifra ignominiosa y un récord negativo que Embiid consigue por primera vez desde que llegara a la universidad y que se fraguó con un 0 de 11 en tiros de campo y un 0 de 4 en triples más un 0 de 3 en tiros libres. Totalmente superado por la defensa local, sobre todo en el plano mental, el center se tuvo que conformar con atrapar 13 rebotes y dar 2 asistencias. Fue la única estadística que pudo rescatar en un duelo en el que perdió 4 balones y firmó un -9 para los suyos con él en pista. "No sé como Marc lo hace, pero si lo supera no te lo diría", decía VanVleet al concluir el partido. "Es lo que es", sentenciaba un incrédulo Embiid.

Aún así, y como pasó en las semifinales del Este del curso pasado, los Raptors sufrieron de lo lindo para ganar un partido que tuvo dos caras: un primer y tercer cuarto dominado por los Sixers y un segundo y cuarto con una defensa extrema de los locales que secó a Embiid y compañía. Philadelphia sumó 65 puntos en los periodos impares... y 31 en los pares. Mientras tanto, los canadienses conseguían una mayor regularidad que les permitía evitar tirones y mantenerse fieles a su estilo, con Siakam (25) y VanVleet (24) como puntas de lanza, buenos minutos de la intendencia y defensa colectiva para acabar con las armas del rival.

Los Sixers tuvieron opciones hasta el final y gracias a un tiro en suspensión de Josh Richardson (25 puntos, el máximo anotador de los suyos) se colocaron 91-96 con cuatro minutos por jugarse. Fue su última canasta del partido. Después de esa acción, 10-0 de parcial para los locales. Triple de VanVleet tras asistencias de Marc (dio 9, el mejor de los suyos en este apartado estadístico, a las que sumó 3 tantos y 6 rebotes) y 2+1 de Siakam en una jugada que da buena muestra de la dimensión de este jugador: encara a Horford para el uno contra uno y anota ante Embiid sacando la falta. Fue el propio camerunés el que desvióun balón que Simmons (10+9+14, buena actuación del base) quería dar a Harris (18) a 15 segundos del final y el que hizo el mate ganador sobre la bocina después de que el propio Harris (y Simmons) a la desesperada fallara el triple que habría puesto el empate. Una exhibición del sostén de los Raptors y del hombre que tiene en sus manos el futuro de la franquicia.

Con este resultado, los Raptors se ponen por delante de lo Sixers y ocupan en estos momentos la cuarta plaza del Este tras Bucks, Celtics y Heat. Ambos equipos llegaban con el mismo récord al partido, pero los canadienses fueron mejores ante los de Brett Brown, que no terminan de arrancar. El balance de 11-6 sabe a poco para, recordemos, un equipo que tiene el anillo como objetivo. Para ganarlo es posible que tengan que superar a Toronto, que tendrá a buen seguro (y salvo sorpresa) la disponibilidad de gente como Lowry e Ibaka, que siguen de baja y no estuvieron la pasada madrugada. ¿Podrás con ellos en una hipotética serie a siete partidos? Visto lo visto, no parece que vaya a ser una tarea fácil.