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NBA

El 'dilema Sabonis' y el liderazgo de Brogdon: los Pacers, al alza

Mientras Oladipo ultima su recuperación, los Pacers han enlazado siete victorias en ocho partidos. Brogdon apunta al All Star y Sabonis reabre el debate con Turner.

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El 'dilema Sabonis' y el liderazgo de Brogdon: los Pacers, al alza
ANDY LYONSAFP

Bache superado. Después de empezar 0-3, los Pacers están 7-4. Llevan cuatro victorias seguidas y siete en ocho partidos. Y tan cierto es que han pasado por un tramo suave del calendario como que lo han hecho sin recibir tregua por parte de las lesiones. Siguen, claro, sin Victor Oladipo, el jugador franquicia que no juega desde el 23 de enero y que avanza hacia la recta final de su recuperación con, ya, entrenamientos de contactos con los Mad Ants de Fort Wayne, de la G League. Pero no es solo el escolta, cuya baja se daba por segura durante las primeras semanas de competición: de los once partidos que han jugado, Myles Turner se han perdido siete, Jeremy Lamb seis, Goga Bitadze cinco, Domantas Sabonis y solo dos titulares han disputado todos: Malcolm Brogdon y TJ Warren. Nate McMillan usó diez quintetos en toda la temporada pasada y ha utilizado ya cinco en esta.

Los Pacers avanzan y tienen los mimbres para formar un bloque muy incómodo si llegan con su rotación en plenitud a unos playoffs del Este donde las cosas pueden estar más abiertas de lo esperado en una temporada en la que Sixers y Bucks no están pareciendo, de inicio, tan superiores como se les suponía. McMillan está configurando una rotación que ha ido asentándose y alargándose a medida que han ido pasando los partidos, con jugadores como TJ McConnell, Doug McDermott, el ahora titular Aaron Holiday o el energético TJ Leaf consumiendo minutos positivos para un equipo que tendrá, si sigue así, un buen fondo de armario cuando tenga de vuelta a Turner, Lamb (estos dos a punto de regresar, en principio) y el esencial Oladipo, el jugador de cuyo crecimiento dependen las opciones reales del equipo cuando llegue la hora de la verdad. Con TJ Warren anotando tanto como se esperaba y haciendo un poquito más de lo (nada) que se le había visto hasta ahora en la NBA en facetas como la defensa, los Pacers se han aseado después de un inicio problemático. Pero su reacción y crecimiento, por muy colectivos que estén siendo, tienen dos nombres propios muy claros: Malcolm Brogdon y Domantas Sabonis. Y un tercero, de rebote y de forma incómoda: Myles Tuner.

La estrella silenciosa ya apunta al all star

Malcolm Brogdon es un jugador atípico en tiempos de highlights y récords alborotados. Es un combo guard del que ni se habla mucho ni se ven muchos vídeos virales. Pero es excepcional. Juega como un veterano, se equivoca muy poco, defiende con dureza e inteligencia, enhebra el ataque con circulación inteligente, mejora todo lo que le rodea y anota ya sea generándose sus puntos o en tiros liberados. Ha estrenado su contrato de 85 millones por 4 años en Indiana con unas medias de 20,7 puntos, 5,2 rebotes, 8,5 asistencias y 1,1 robos. Carga con el equipo, lidera, dirige y mete canastas. Y parece, por ahora, exactamente lo que buscaban los Pacers: un segundo espada y un playmaker complementario que ayude a Oladipo cuando las defensas rivales se cierran sobre él en juego en estático. Brogdon, ahora mismo, avanza hacia su primer all star.

Con 26 años, llegó a la NBA desde la segunda ronda del draft (número 36 en 2016) y se convirtió en Rookie del Año, el primero en hacerlo desde la segunda ronda desde 1956 y el de menos puntos de media (10) de la historia. Su mérito para algunos fue simplemente jugar 75 partidos en una temporada en la que Joel Embiid, de largo el mejor novato, se quedó en 31 por culpa de las lesiones. Pero Brogdon, desde ahí, creció hasta ser la temporada pasada un jugador esencial en los Bucks de las 60 victorias, que notaron su ausencia (entre marzo y la segunda ronda de los playoffs) por una fastitis plantar. Llegado el verano, el general manager Jon Horst sabía que tenía que elegir con varios jugadores esenciales en el mercado. Y decidió no esperar para qué sucedía con la condición de agente libre de Brogdon y ejecutar un sign and trade para (se llevó una primera ronda y dos segundas) enviarlo a Indiana y poder así renovar a Khris Middleton (177 millones por cinco años), Brook Lopez (52x4) y George Hill (29x3). Para los Bucks, Brogdon era una pérdida fea pero era un jugador menos estratégico a priori que Middleton y Lopez. Ahora, visto el inicio de temporada de todos los implicados, cuesta pensar que no hay al menos un cierto regusto a remordimiento en Wisconsin. Donde, eso es cierto, no podían tener todo. Así es el mercado.

Brogdon pasó cinco años en Virginia, universidad que ha retirado su número 15. Allí fue Jugador del Año y Mejor Defensor de su Conferencia, la ACC. Allí estudió historia y política, comenzó un interés absolutamente proactivo por las causas sociales y salió, en parte por eso fue a la segunda ronda, con 24 años porque había renunciado a jugar la segunda temporada completa (y no le computó) por una grave lesión en un pie. Ahora, tres años después, tiene contrato de estrella y juega como tal, a la espera de formar uno de los backcourt más interesantes de toda la NBA cuando esté recuperado y en la pista junto a él Victor Oladipo. Por fuera, con Holiday al alza, McConnell ya integrado como currante y Lamb como garantía de producción ofensiva, parece que los Pacers estarán en buenas manos si se se suman los puntos en las alas de Warren y McDermott. El puzle más interesante, y más delicado ahora está en las zonas...

El debate Sabonis-Turner vuelve al primer plano

La temporada pasada, McMillan no ponía juntos a Domantas Sabonis y Myles Turner salvo que se viera absolutamente obligado a hacerlo. Su equipo funcionaba con Turner poniendo intimidación y triples de trailer, Thaddeus Young aportando el pegamento a su lado y Sabonis como sexto hombre ultra eficiente. Después de un verano en el que Young se fue a los Bulls y el equipo se concentró en reforzar el perímetro y el ataque (Brogdon, Warren, Lamb), no quedó más remedio que buscar formas de que Sabonis y Turner fueran titulares y siguieran siendo juntos igual de efectivos que por separado. El pívot texano tiene 23 años, ha jugado el Mundial con EE UU, fue uno de los candidatos al premio a Mejor Defensor y firmó hace un año una extensión de cuatro años y 72 millones. Domantas, lituano con toque malagueño e hijo del mítico Arvydas Sabonis, tiene 23 años, apuntó a Mejor Sexto Hombre durante algunos meses y este verano, después de una negociación complicada, firmó su extensión por cuatro años y 77 millones (que pueden ser 85 en función de objetivos).

Dos contratos importantes, dos jugadores jóvenes, con margen de crecimiento y, desde luego, buen mercado en caso de que su unión le resulte imposible de maximizar a McMillan. Y el hecho es que después de un mal arranque, la lesión de tobillo de Turner convirtió a Sabonis en pívot titular y presencia central en la zona, con el trabajador JaKarr Sampson como complemento. Y el lituano ha respondido a lo grande. Ahora mismo promedia 19,8 puntos, 13,3 rebotes y 3,9 asistencias. El regreso de Turner, a priori una gran noticia, reavivará una cuestión esencial de estilo. Antes de su lesión, la pareja Turner-Brogdon tenía un -3,8 en pista por el +9,4 de Sabonis y Brodgon que se ha convertido en un espectular +13 durante la ausencia del teórico pívot titular. El quinteto Holiday-Brogdon-Warren-Sampson-Sabonis tiene un +19,6 en los casi 48 minutos en los que ha formado.

McMillan seguramente seguirá intentando que la pareja Turner-Sabonis funcione y que la suma de ambos unidos no sea menos de lo que los dos arrojan por separado. Si no, tendrá que convencer a uno de los dos para que arranque desde el banquillo... o los Pacers empezarán a pensar qué obtener en el mercado. La cuestión es a cambio de quién de ellos. Son pasos que ninguna franquicia puede dar sin mimo, menos una como los Pacers, histórica pero de mercado menor y a la que le resulta imposible ir a la caza mayor en la agencia libre. Un asunto que magnifica cualquier paso en falso, sin el margen de error que tienen los equipos con más glamour. A pesar de todo, el orgullo de los mercados pequeños, en Indiana solo han tenido seis temporadas sin playoffs desde 1990 y tampoco parece que esta vez vayan a quedarse fuera. De hecho, un par de golpes de viento a favor pueden convertir a los Pacers en aspirantes con galones en el Este. Todo depende del encaje de dos parejas: Brogdon y Oladipo por fuera cuando vuelva el segundo y, asunto más delicado, Sabonis y Turner por dentro.