Miribilla sigue invicta a ritmo de triples ante un digno Fuenla
Un 51% (16/31) desde la línea de 6,75 y un control del partido sin caer en la ansiedad llevan al Bilbao Basket a sacarse la espina de Zaragoza. Entre Urtasun y Eyenga, 45 puntos.


El Bilbao Basket bajó al Fuenla de la nube, de ese altillo al que se subió tras la milagrosa victoria ante el Murcia. Y de paso, se lamió las heridas de Zaragoza. El partidazo de Álex Urtasun (entre las colección de veteranos del Montakit es el que más fresco está) y la colaboración de Eyenga (45 puntos entre ambos) sirvió de poco en otra labor colectiva del Bilbao Basket, en el que puede salir una de sus últimas rotaciones (Sergio Rodríguez) para decantar la balanza ante defensas alternativas del enemigo. Le hicieron caminar con confianza. los 16 triples (51%), los zapatazos en momentos claves, y le llevaron a mantener la imbatibilidad en casa, en Miribilla, donde caen Euroligas y candidatos al descenso. Sí se puede felicitar a los madrileños que pese al rosario de ausencias y jugadores tocados; estuvieron en el partido hasta los dos minutos finales. Su constante pecado con las pérdidas le sigue condenando. “He visto química en el equipo y situaciones que me han gustado”, valoró Cuspinera. Quitando cierto hipo de inicio, el RETAbet siempre fue un paso paso por delante, con triples que eran un jarro de agua fría para el que estaba enfrente.
En el minuto 7 el Fuenla llevaba 17 puntos. Al calor de la blandura defensiva local, los pupilos de Cuspinera se sentían fluidos en ataque. Hasta Eyenga se veía con recursos para tirar triples en el uno contra uno si le daban un metro. El rebote también era suyo y el 9-17 no le gustaba nada a Mumbrú. Bellas hizo la segunda falta en el minuto cinco y eso quebró parte del paisaje idílico de los madrileños, alentados por los algo más de cien hinchas naranjas desplazados desde el sur de Madrid. En pleno paralelismo, Rousselle se cargaba con faltas cuando el partido amanecía, así que Schreiner tuvo que hacer acopio de minutos. El Montakit igualó su techo con el 12-20. El RETAbet no hacía faltas personales porque apenas iba a los contactos: dos llevaba, las de su base titular, a 13 segundos para acabar. Ese pequeño período restante fue un tanto farragoso, con una técnica al banquillo visitante por despistarse y poner a seis en pista.
El Bilbao Basket activó esa bomba de relojería que es Brown para romper la dinámica plana del equipo hasta entonces. Los secundarios cambiaron el ritmo. Sergio Rodríguez metió un triple para abrir camino (17-20) y una bandeja que empató la contienda a 22. A partir de ahí siempre mandaron los vizcaínos. Con ese viento a favor se sienten plenos, caminan por una senda muy fiable, descarada. Eso sí, en muchos instantes les faltó equilibrar el ataque, explorar más una referencia interior, sobre todo si no está Balvin; abusaron del tiro lejano. Y con 29-24 se pararon unos minutos, se quedaron sin chispa, tal vez para coger resuello de cara al tramo final. Bouteille cerró el primer tiempo con una finta en la línea de 6,75 y tiro frontal para el 44-36.
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El RETAbet encontró ese ambiente placentero que tanto le gusta en el segundo tiempo, por su mayor rotación. Un mate de Balvin por el carril central llevó la distancia a un nuevo tope tintado de negro: 49-38 a 17:19 para acabar. Pero Urtasun salvó la nave del Montakit. Un 0-9 les devolvió a la vida: 49-47 a 5:13 para llegar al último acto. Todo culminado por un 3+1 de Eyenga, que se dolía de la clásica molestia en los isquios en defensa pero acto seguido hizo una estratosférica penetración y rectificado con dos más uno.
Balvin cometió la tercera falta y eso no era una buena noticia, porque quedaba borrada toda referencia en la pintura en los ‘hombres de negro’. Las pérdidas podían lastrar a los vizcaínos, pero también forzaban las de los rivales y eso equilibró la balanza. Cuspinera intercalaba defensas zonales 1-3-1 para tratar de dominar el ritmo y sus grandes buscaron la espalda de Sulej en todo momento. Los detalles fueron minando a su equipo. Bueno, los triples y ciertas ventajas adquiridas por los vascos en la defensa de cambios. Como un nuevo mazazo en final de cuarto: una canasta desde el arco de Sergio Rodríguez, la estrella de la matinal en Miribilla. El propio Cruz salió tras estar inédito 28 minutos, el tercer cuarto en desfilar, y dio una rotación interesante. Aquí aparecen todos y eso es una joya. Los dos equipos se pusieron en la piel de LEB, cerrándose mucho. Así que habría que abrir la lata por fuera. Rousselle decidió acabar con el debate entonces y dos triples seguidos asfaltaron un poco más la ruta hacia el triunfo: 70-62. Se vino muy arriba y luego quiso hacer el tercero muy fuera de posición. Su equipo usaba fatal las faltas: tenía para gastarlas y lo hacía cuando había un tiro, así que se comieron unas cuantas de canasta y adicional. Bellas arruinó el trabajo previo de sus compañeros con malas decisiones. En su lugar, los ‘hombres de negro’ controlaron el partido desde el primer cuarto y no se mostraron ansiosos cuando los madrileños se acercaron. Miribilla sigue invicta.



