Pocos son los jugadores que pueden disfrutar de una segunda juventud compitiendo en la élite. Luis Scola es uno de ellos. Tras pasar dos años en el baloncesto chino, el ala-pívot volvió a acaparar gran parte de los focos en el pasado Mundial, disputado hace un mes, precisamente, en el país asiático. El argentino, a sus 39 años, se convirtió en una pieza capital para que la albiceleste llegase a la final. Acabó entrando en el quinteto ideal del Mundial, con la medalla de plata colgada al cuello y un billete asegurado con destino a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“Era probable que si no hubiéramos conseguido la clasificación para los Juegos no hubiera jugado en ningún lugar. La idea en mis últimos tres o cuatro años de carrera era ver si podía llegar a Japón. Ese siempre fue el plan”, reconoció este miércoles Luis Scola en una entrevista con el programa radiofónico ‘De Acá en Más’ de la cadena argentina Metro 95.1.

El primer objetivo de su selección era asegurarse ese pase, pero poco a poco fueron avanzando en el Mundial hasta meterse en la gran final. Argentina llegaba crecida y allí les esperaba España, un rival al que en ese momento no consideraban superior. “Es imposible ganar si no te lo crees. Uno busca creer eso y logras que el equipo se lo crea. Nos lo creímos para llegar a cuartos, después a semifinales, y cuando llegamos al partido contra España, también. Creíamos que éramos mejores que España. En ese momento antes del partido creíamos que íbamos mejores que ellos”, revelaba el jugador, considerando que la derrota final no quita mérito ni brillo a la medalla conseguida: “Una vez terminado el duelo, tienes que volver a retomar la perspectiva. La medalla de plata fue un logro espectacular. España jugó mejor y tiene más talento que nosotros".

El nivel que Scola mostró en esas dos semanas de septiembre despertó el interés de equipos como el Real Madrid, el Boca Juniors y el Armani Milán. Precisamente este último se llevó el gato al agua, donde ya está demostrando que su rendimiento no era cosa de corto plazo. A pesar de estrenarse con derrota en Euroliga (78-64 ante el Bayern), fue el mejor de su equipo con 17 puntos y 6 rebotes para 17 de valoración. No obstante, el panorama del jugador para volver a la élite del baloncesto hubiera sido muy diferente de no conseguir el pase a Tokio. “No tenía un plan postmundial en el caso de no conseguir la clasificación. Pero al lograrlo, tenía que encontrar un lugar o una situación buena para jugar y llegar bien a los Juegos”, zanjó.