La semifinal del subidón

Después de hacer saltar por los aires todos los pronósticos del Mundial, Argentina, número 5 del ranking FIBA, y Francia, número tres, juegan una semifinal imprevisible hasta el extremo en el Wukesong de Pekín. Aquí hace once años que Luis Scola se colgó el bronce en los Juegos. Ahora, con 39 años y rumbo a los 40, aparece como un iluminado que sueña con levantar la primera Copa del Mundo para Argentina desde 1950. Meses antes del campeonato, Scola se preparó una pista de baloncesto en su finca de Castelli (interior de la provincia de Buenos Aires) para trabajar con su gente de confianza: su preparador físico personal, Marcelo López; un entrenador de técnica individual, Mariano Sánchez; y hasta un sparring, el jugador de 24 años Agustín Caffaro. El resultado de ese trabajo son 17,8 puntos y 7,3 rebotes de media en un Mundial del que ya es el jugador que más partidos ha jugado en la historia del campeonato por delante de Jerome Mincy. Dos datos finales de Scola. Esta a sólo seis puntos de llegar a los 213 puntos que Navarro metió en partidos de eliminatoria en el Mundial. Es posible que este viernes le supere. Además, ante Serbia alcanzó a Gaze como segundo jugador en meter 20 o más puntos en 15 partidos del Mundial. Óscar se le va a quedar lejos. Lo hizo en 23 ocasiones.

Tantos años acompañado de los Pepe, Ginobili, Delfino, Oberto o Nocioni, la generación que alcanzó la final de 2002 y la semifinal de 2006, Scola ha encontrado un socio de campanillas para este Mundial. Campazzo, que ha alcanzado un nivel que pocos sospechaban en sus inicios, está explorando sus límites. Con 13,8 puntos por partido y ocho asistencias es la otra esperanza individual de un equipo con un tremendo corazón en el que Deck se ha hecho grande y en el que Garino o Laprovittola también han hecho lo suyo.

Pero Francia son palabras mayores a día de hoy. Podría decirse que, a estas horas, es el ogro del Mundial. Ofreció sensación de poderío contra Estados Unidos y se siente ante la mejor oportunidad de su historia de ser campeona del mundo. Es difícil pensar cómo Argentina puede frenar a Gobert, que contra Estados Unidos superó por primera vez los 20 puntos en el Mundial y además cogió la barbaridad de 16 rebotes. Intimida y está en un nivel superlativo. Como Fournier o el mismo De Colo. Es difícil saber si va a haber tanto corazón en Argentina para frenar tanta actividad física como son capaces de generar los franceses. Es la semifinal del subidón.