¿Cómo afronta este inicio de preparación?

Es una fase muy primordial para empezar a rodar físicamente tras el descanso que han tenido. Comprender qué es lo que podemos mantener de nuestro sistema de trabajo, de juego… y qué es lo que tenemos que cambiar al ser un equipo muy diferente al habitual. Ir poco a poco conjuntándonos. Ya veremos cómo van las cosas. Lo fundamental es poquito a poco acercarnos unos a otros, entender los roles, llegar a crear esa sensación de equipo que al final siempre hemos conseguido armar, pero que cuesta.

¿Es la preparación en la que se va a necesitar más adaptación?

Todos estos jugadores han estado con nosotros. Lo bueno de tener un sistema único del primer equipo a la academia de la Sub-12 es ése: los conceptos generales los conocen, la forma de entrenar… Ahora se tienen que conocer más entre ellos para que puedan entenderse un segundo antes. Son pequeños detalles que marcan la diferencia en el día a día. Empezaremos a trabajar pronto.

Durante la presentación se ha repetido mucho la palabra ilusión. ¿Es la base para conseguir algo con este equipo?

Bien entendida y positiva siempre es gasolina. Se ha hablado mucho de nuestras bajas, pero ahora es el momento de hablar de los que están y de su deseo de estar aquí. Es una elección libre y quiero agradecérselo. Ser capaz de ilusionarse es el primer paso para ser capaz de ilusionar a los demás. Cuando tienes entusiasmo, energía, ganas de hacer… es más fácil que se te vea.

¿El hambre que tienen los jugadores puede ser el factor diferencia?

No lo sé. También los demás, que han comido mucho menos que nosotros en estos últimos años, hambre tendrán. Además, muchos no han comido porque lo hicimos nosotros. Eso espero. Hay que poner algo más en muchas cosas. Será necesario superarse en muchas facetas del juego y en primer lugar, en la capacidad de hacer equipo incluso antes que el juego. El hambre de conseguir esta capacidad de esfuerzo superior, forzar errores… A lo mejor antes, alguna oportunidad la creábamos de la nada con algún jugador muy capacitado para generarla, ahora lo mismo debemos crearla con un movimiento más rápido, con una defensa más agresiva que nos dé una oportunidad de correr más… Hay muchas cosas que tenemos que mejorar a nivel de prestación individual para ser un equipo que funcione.

¿Cree que le costará a algunos dar un paso adelante?

La realidad está delante de nuestros ojos. Hay jugadores que están capacitados de asumir un rol con más peso específico y también hay otros que ya lo tenían, un rol importante que no va a variar mucho. También hay jugadores que no tenían casi experiencia internacional o posibilidad de competir en el verano con España. Algunos han estado en las Ventanas y eso ha sido un pasito adelante para ellos, pero lo que queda es más largo, más complicado y más exigente.

¿La preparación determinará quiénes van o hay fijos?

Siempre hay fijos, pero quizás sí que es el año que menos hay. Hay sitio para el que no sólo trabaje más y mejor, sino para el que pueda entender más rápidamente lo que se necesite de él, que encaje en el rol que el equipo tiene a disposición, que puede ser para uno que tenga menos talento… Hay bastantes sillas todavía por ocupar.

¿Le preocupa que algún jugador llegue cansado?

El desgaste físico no es lo que más preocupa, es el desgaste mental. Eso requiere una desconexión, como se dice, un tiempo para recargar pilas, estar con energía, entusiasmo, disponibilidad, sacrificio, esfuerzo… Esa capacidad es subjetiva. Hay alguno que a la semana ya están con ganas de competir y otros necesitan un poco más de tiempo. Eso nos lo dirá la propia gira.