NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

EUROBASKET (F)

Mondelo: "Lo que ha logrado esta selección es un milagro"

Espera que España acabe con su crispación y avisa de cuál es la clave para ganar: anotar 70 puntos. "Es complicado que un equipo nos meta más". 

BelgradoActualizado a
01/09/18
 BALONCESTO FEMENINO
 SELECCION ESPAÑOLA 
 FOTO ENTREVISTA
 SELECCIONADOR ENTRENADOR
 LUCAS MONDELO
ALBERTO IRANZODIARIO AS

¿Qué balance hace de la primera fase?

Ganamos los tres primeros partidos, con más o menos dificultades como era de esperar y con las connotaciones que tenemos este año. Los rivales, ya avisé, han madurado y nacionalizado jugadoras. De hecho, los equipos con base americana han dado sorpresas. Estamos en cuartos, que era nuestro primer objetivo. Tal vez es el camino más difícil, pero también es cierto que es en el que te aseguras dos partidos. Podíamos haber intentado utilizar el camino, teóricamente, que parece más fácil, pero nosotros no especulamos, fuimos a ganar los tres encuentros. Y ahora estamos en cuartos, el partido más importante de todo el campeonato.

¿Ya se le ha pasado el enfado del otro día?

Exageré un poco, pero sí que estaba enfadado. El partido llegó a un momento de barro. Fíjese, que de eso no se dio cuenta mucha gente, pero en la última acción del tercer cuarto pido un tiempo muerto para hacer una jugada para acabar. Y me quedan dos tiempos para el último cuarto, como siempre. Y resulta que uno de los árbitros me advierte y me quita uno. Es la primera vez que me pasa. Por eso, en el último asalto se conjuntaron dos cosas: por un lado, nuestras pívots iban muy cansadas porque casi no hubo rotación por los problemas de faltas de Laura Gil. Y luego, yo no podía parar el partido porque me quedaba sin tiempos muertos por si había una catástrofe. El equipo fue aguantando, pero lo notó mucho físicamente. Cuando quedaban tres minutos e íbamos cinco arriba, paré el choque para que cogieran aire y ordenaran las ideas.

¿Cree que las victorias in extremis le pueden venir bien a las jugadoras a nivel de confianza?

Sí y no. Sí, porque este grupo, que ha estado muchas veces al borde del alambre, sigue reafirmándose: es capaz de competir en las peores circunstancias y con tensión. Por otro lado, el equipo está adaptándose a la falta de Alba y se crispa cuando no le salen las cosas. El día de Gran Bretaña, por ejemplo, hubo un momento que estábamos jugando muy bien, pero no metíamos nada: los tiros liberados no entraban, debajo de canasta tampoco… Eso desesperaba a las jugadoras, que no es que estén intentando coger el rol de Alba, que es insustituible, pero sí dar un pasito adelante. Estamos en esa pelea. En estos tres días queremos darle a las confianza y equilibrio y que ellas se limpien un poco la cabeza. Hace unos días lo hablaba con un entrenador: cómo sería Bélgica sin Meesseman, Rusia sin Vadeeva, Gran Bretaña sin Fagbenle… A ver cuántos partidos ganaban. Nosotros, a pesar de no tener a Alba, estamos ahí. Vamos al límite, pero estamos.

¿Le preocupan los malos porcentajes en el tiro?

Ante Letonia acabamos con un 26,2% de acierto pero ganamos. ¡Es increíble lo que este equipo es capaz de generar en defensa! Pero no podemos seguir así siempre. Tenemos que intentar meter 70 puntos con un porcentaje relativamente correcto y ahí somos difíciles de ganar, porque es complicado que en un equipo nos meta más. Tengo un punto de preocupación, pero más por el tema de cabeza, no quiero que el equipo se crispe.

¿Echa más de menos los puntos de Torrens o la defensa de Lyttle?

Las dos se echan en falta… Antes de empezar hubiera tenido más dudas, pero ahora mismo si me dieran a elegir y después de lo que ha pasado, diría que echamos más en falta a Alba.

¿Cómo es Rusia?

Tiene muy buenas tiradoras, pero viven del trabajo de Vadeeva, que es una jugadora que te obliga a colapsarte, te hace daño… Es un equipo muy grande, en los cambios tenemos problemas, y que ralentiza mucho el juego en estático con su zona. Ante Rusia lo más importante no es que Vadeeva te meta 20 puntos, que eso es casi inevitable, es que no te coja rebotes ofensivos. Los equipos que han ganado a Rusia han logrado dejarla en pocos rebotes ofensivos. Por ejemplo, Bélgica la dejó en sólo uno, pero es más fácil si tienes a una jugadora como Meesseman. Nosotros no tenemos una pívot así.

¿Cree que exigimos demasiado a este grupo?

Somos unos motivados. La gente está enganchada y no sabe al límite que vamos. No vamos sobrados de nada. Mire si es difícil repetir oro, que llevamos casi 30 años sin que nadie lo logre y el último que lo hizo es un país que ya no existe (URSS). La gente tiene desconocimiento, está contenta y feliz porque ganamos medallas, porque somos guerreras, pero esto es un milagro. Si conocieran la realidad, la gente le daría incluso más valor a lo que hemos logrado.

Laia Palau me decía que para ella una medalla de bronce sería todo un éxito.

¿Dónde hay que firmar? Primero es un billete al Preolímpico y segundo, una medalla. Si me trae un papel y un boli, lo firmo sin pensármelo. Me da igual que me llamen llorón o digan que tengo poca ambición. No, no. Ambición la tengo toda. A estas alturas este grupo y yo mismo no tenemos que demostrar nada en ese aspecto. Eso sí, nosotros vamos a pelear hasta donde nos dejen.

¿Es uno de los torneos en los que están más justos?

Ya es el segundo… En el Mundial ganamos medalla porque jugamos en casa. El público nos ayudó mucho en el partido de Canadá, en el de Bélgica. Hay equipos que se bloquean con la presión de jugar en casa, pero fuimos capaces de hacerlo con todos los problemas que tuvimos. Y esos problemas los estamos arrastrando todavía porque no hemos tenido un parón desde el Mundial para recuperarnos y descansar la cabeza.

¿El calendario está mal planificado?

No acaban de cuadrarlo para que las temporadas sean completas. Así está el patio. Como no podemos cambiarlo, nos tenemos que adaptar.

Más allá de este Eurobasket, ¿a esta generación le queda cuerda para rato?

Hay jugadoras que tienen que aguantar, por lo menos, hasta el Mundial de 2022. Y hay dos o tres llamando a las puertas, de calidad física e individual, que le darán un poquito de oxígeno a la Selección. Si conseguimos eso, el ciclo no sólo habrá sido bueno a nivel de medallas, sino de tiempo. Sería estirarlo una década. ¡A ver quién lo puede decir aparte de EE UU!

¿Se imagina una España sin Laia?

De momento la tengo aquí. No lo quiero pensar. Cuando suceda, sucederá. Será una gran baja no sólo a nivel de pista sino también de vestuario. Pero por ahora, vamos a disfrutar de todo el tiempo que Laia quiera regalarnos.

La temporada que vuelve a Asia, ¿cómo es el nuevo reto?

Me quedaba un año más en Kursk, pero llevaba ya tres allí, en Rusia, en la Euroliga… y estaba cansado de tanto viaje y tanta historia. Me hubiera quedado en Kursk si no me hubiera salido lo de Japón, que ya me llegó una oferta el año pasado. Pero volvieron a insistir, hablé con Kursk, hubo sus más y sus menos, pero logré convencerlos. La oferta de Japón, a nivel deportivo, es un reto en un país en un proceso de crecimiento muy alto. Y es otro tipo de vida… que necesito respirar un poco. No he parado desde el verano pasado.

Y de paso, va allanando el camino antes de los Juegos de Tokio.

Ojalá. Japón lo conozco bastante porque mi mujer es de allí. Se han juntado el hambre con las ganas de comer. En China tuve una jugadora muy especial, Yuko, que viene a ser la Amaya Valdemoro o la Alba Torrens japonesa, y ella ha abierto el camino porque está metida en la Federación y en Toyota, que es dueño del club que me ha fichado.