El próximo sábado se cumple un año de la entrada del Bilbao Basket en un proceso de concurso de acreedores. Ayer la entidad cerró el plazo de un largo camino que finalmente va a ver la luz con un acuerdo entre la amplia masa de empresas, entidades y particulares a los que se debía cerca de 6,5 millones de euros. La aceptación de un 65% de los acreedores de una quita del 80% de la deuda obligó al resto a una adhesión legalmente requerida . Esa era deuda ordinaria, sobre la que se alcanzó un consenso a comienzos de este mes, y faltaba por negociar las condiciones de pago de la deuda privilegiada, en la que no es posible la quita, que asciende a casi tres millones de euros y cuyo acreedor principal es la Hacienda de Bizkaia. Se propone abonar a esta lo pendiente en un plazo de 15 años, con unos 200.000 euros en cada uno de ellos. También se encuentran la Seguridad Social, Caja Rural y el Fogasa. La sentencia del proceso llegará esta semana y a partir de ahí el club empezará su camino para cumplir las condiciones exigidas por la ACB, principalmente superar una auditoría, sobre la que no existen dudas ya que el gobierno de los movimientos de esta campaña han estado perfectamente calculados gracias al administrador concursal, Carlos Marín.
Aunque lo peor parece haber pasado, el club aún camina sobre el alambre. El consejo decidió en diciembre una reducción de capital en 1.246.863 euros hasta la cifra de 775.077,00 mediante la disminución del valor nominal de las 67.398 acciones representativas de 30 euros a 11,5 euros cada una. En los orígenes de la entidad cara título valía 60 euros y ahora se queda a casi una sexta parte. A medio plazo habrá que proceder a una fuerte inyección de capital. Finalmente se ha logrado cobrar esta campaña el total del valor de participación ACB, que asciende a 1,6 millones (se reciben tras caer a la LEB pero inicialmente en la Asociación se habló de entregas en cuatro años a razón de 400.000 en cada uno), aunque de ellos se restaron unos 400.000 para cubrir el fondo de garantía salarial que permitió pagar algunos impagos a jugadores la campaña del descenso. Ahora toca reponer esos 1,2 millones, que se hará con el dinero que aporta la propia Liga vía reparto de los derechos de televisión.
Además, durante esta travesía ha habido varias incidencias. Bueno, algo antes Joaquín Salazar, figura conocida por su vinculación al baloncesto vizcaíno, tuvo contactos con la directiva y estuvo a punto de entrar en la entidad como salvavidas, aunque no se llegó a un acuerdo. Paralelamente no hay noticias oficiales sobre otra demanda con ramificaciones con Gorka Arrinda, en esta ocasión por una labor de scouting en los fichajes de jugadores (muchos de ellos, de su agencia). Un antiguo empleado ganó un juicio tras los despidos del año pasado. Y, según informó Expebasket Radio, se acercó una empresa radicada en Valencia y dedicada a l a intermediación de operaciones inmobiliarias que sostiene que aportaba 700.000 euros para hacerse con un 60% de la entidad. Aducen que tenían la idea de facilitar en un futuro cercano patrocinadores por valor de un millón de euros. En procesos concursales suelen sobrevolar este tipo de acercamientos y eso echó, al parecer, para atrás al club y al administrador, que no vieron ninguna seriedad en la propuesta. Se invitó a los interesados a entrar en una ampliación de capital cuando esta se dé. Dicha firma esgrime que tenía la idea de establecerse en Bilbao vinculándose a otras de la ciudad.