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LIGA ENDESA | BARCELONA 68 - MADRID 74 (1-3)

La quinta de Laso: Campazzo y Tavares encumbran al Madrid

Celebra en el Palau su Liga número 35, la quinta de Laso y la cuarta en las últimas cinco temporadas. Tavares dominó el rebote y Campazzo fue el MVP: 15+9+6.

El Real Madrid se proclama campeón de la Liga Endesa 2018/19 tras vencer al Barcelona en el Palau (68-74) en el cuarto partido de las finales.
El Real Madrid se proclama campeón de la Liga Endesa 2018/19 tras vencer al Barcelona en el Palau (68-74) en el cuarto partido de las finales. RODOLFO MOLINADIARIO AS

Desde que la Euroliga se hizo gigante, cada temporada es una odisea con más de 80 partidos: 83 esta vez para el Madrid tras un balance extraordinario de 66-17. Un desafío complicado incluso para los que acaban campeones. Imposible no caer en baches que generen dudas. Le ha pasado al Fenerbahçe, por ejemplo, que, en uno de los mejores años de Obradovic en el banquillo, se ha desplomado en la Final Four por las lesiones y ha cedido el trono en Turquía. El Madrid ha podido salvar los obstáculos para abrazar en el Palau (3-1), en territorio comanche, su Liga número 35, la quinta de Laso justo en el octavo aniversario de su fichaje (21 de junio). Una coincidencia poética.

El Real enlaza dos, además, por segunda vez en cuatro años, cuando no lograba el doblete liguero desde 1994 con el Zar Sabonis. Un curso en el que solo había celebrado la Supercopa tras perder la Copa más polémica de siempre y ceder ante el CSKA en Vitoria. El resbalón europeo le hizo daño, pero en esta década dorada ha aprendido no solo a ganar sino a levantarse. Acción y reacción. Y lo ha hecho con un esprint final demoledor, una sola derrota en los últimos 19 partidos en la ACB. El Madrid compite siempre, ese es el camino, y de momento también gana casi siempre. El decimoséptimo trofeo del Lasismo.

La salida de tacos en el Palau nos mostró a un equipo fulgurante, propulsado por Rudy y sus triples, por Randolph y por la presencia de Campazzo y Tavares. Cinco cañonazos de carrerilla (de 7 intentos) y +11 (8-19). Pero acomodarte a la puntería es como hacerlo a la buena vida, cuando llegan curvas te cuesta adaptarte. Pesic había modificado un capítulo de su libreto y puso a Heurtel de titular, al que luego abroncó con dureza (llevaba hasta el cuarto asalto 65 puntos en 67 minutos). El Facu lo anuló en el cara a cara (la primera canasta del francés, y la única, llegó en el cuarto acto) y fue Pangos, esta vez suplente, el que armó la reacción. Revulsivo.

Entre Tavares y Campazzo, 22 rebotes

En el Madrid algo había variado, abrasaba a su adversario en el rebote, su cruz hasta entonces. Tavares los dominaba en ataque y Campazzo controlaba los rechaces largos o los bloqueados por los pívots. Después de su racha inicial, el campeón encadenó un 1 de 9 desde el perímetro. Su ritmo se redujo y si corría alguien era Pangos. Thompkins parecía aún aturdido por su error en el palmeo 48 horas antes. Llull tampoco entraba en escena (“Dos años de mierda en lo personal”, decía en Movistar+ por las lesiones) y al descanso, 33-37.

Segunda parte, todo en el aire y nuevo demarraje blanco, todavía no definitivo. Volvían los triples, volvía Randolph y aparecía el mejor Causeur, el penetrador. Solo Singleton daba respuesta (37-47) hasta que Pangos incorporaba a los suyos por última vez: 45-47. Enfrente andaba un Campazzo majestuoso y “un grande equipo”, en boca de Pesic, que seguirá en el banquillo.

El base argentino gobernó la final y, en especial, el último partido, en el que se exprimió (34:35 en pista). Su consagración: 28 de valoración con 15 puntos, 6 asistencias y ¡9 rebotes! Números que nadie lograba en una final desde Tomasevic en 2003. El noveno MVP de la era Laso, el cuarto base tras los Sergios y Doncic. A su lado, un Tavares convertido en factor determinante para girar la balanza del rebote, la que había sostenido al Barcelona (33 capturas más en los tres primeros duelos). Y 30 a 46 este viernes, con 18 ofensivos del Real, 9 de un demoledor Edy (13 en total).

Rompió la 'maldición' de los 77 puntos

Taylor encarriló la victoria con una canasta con falta y Tavares la cerró con un matazo. El Barça, tremendo oponente, entregaba la cuchara. Exhausto. Había invertido este año el pulso en los duelos directos, cambiaba el paso dentro de una década adversa, pero no pudo alargar el dominio durante la final. El Madrid se lleva el título grande, incluso anotando solo 74 puntos. Su segunda marca más baja de la temporada (71 hizo en el tropiezo en Lugo). Por debajo de los 77 tantos que era la barrera que le condenaba a la derrota en el Clásico. Rompió con eso también para alzar el trofeo. La quinta Liga de Laso. Un día esta sucesión de éxitos será recordada como la de aquellos maravillosos años del baloncesto blanco.