Higgins: el Barça le pretende y Michael Jordan es su padrino
En 2012 dejó Charlotte tras la decisión de su padre, Rod Higgins, mánager del equipo entonces, y de su padrino, Michael Jordan, el propietario.
Cory Higgins, escolta del CSKA de 29 años y 1,96 m, no ha entrado en ninguno de los dos mejores quintetos de la temporada, aunque para algunos es el mejor americano de la Euroliga. Buen defensor y más eficaz que efectista (14,8 puntos y 49% en triples en 25 minutos), con buen pulso en momentos de apuro. En Moscú ha despegado tras aterrizar desde Turquía y ahora le quiere el Barcelona, sería la gran apuesta azulgrana para liderar el perímetro. Veremos, porque en el CSKA le abrazan para que siga.
Un jugadorazo con una historia poco común. Es hijo del exjugador Rod Higgins, que pasó por el Olympiacos en 1993 e hizo carrera en la NBA antes y después (812 partidos). Hasta siete franquicias diferentes, en algunas vivió dos etapas, como en los Warriors (cuando nació su hijo en 1989, que es californiano) y los Bulls. Allí, en Chicago, conoció al más grande, a Michael Jordan, tres años más joven que él y al que llevaba a casa en su año de rookie. Trabaron amistad y Jordan se convertiría luego en el padrino de Cory Higgins.
Cuando papá Rod se retiró fue asistente de Don Nelson en Golden State y en 2004 se convirtió en mánager general de los Warriors. Tres años después, Jordan le reclamaba para su equipo, los Charlotte Bobcats, ahora apellidados Hornets, como en su inicio. Allí pasó siete temporadas como mánager y presidente de operaciones, su amigo Jordan era el dueño y él, uno de los responsables de la plantilla. Entre ambos resolvieron que el joven Cory Higgins dejara Charlotte tras 44 encuentros en dos cursos. Era finales de 2012. A Rod le habían acusado inicialmente de mediar por su hijo, la realidad demostró lo contrario. Higgins se marchó a Rusia, luego a Turquía y triunfa ahora en el CSKA, es una estrella sin estridencias, pero no ha vuelto a la NBA. La puerta que cerraron su padre y su padrino no se ha vuelto a abrir. No aún.