EUROLIGA | PANATHINAIKOS 73 - MADRID 74

Rudy silencia a 18.000 griegos

El Madrid ganó al Panathinaikos en el OAKA con un triplazo del alero tras remontar 18 puntos. Rudy lanzó el balón desde casi 9 metros y muy forzado a solo una décima del final.

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Con dos abajo, tiempo muerto y 21 segundos por jugarse, el Madrid se organizó para un último tiro… ¿De dos o de tres? Era victoria, prórroga o nada y la acción que condujo Campazzo se fue trabando hasta descarrilar, ya lejos de cualquier plan organizado. El base argentino, con Llull, Carroll y Randolph también en pista, había tratado de penetrar y se trastabilló. Logró, sin embargo, equilibrarse a tiempo y sacar el balón para Rudy a casi nueve metros del aro y a falta de un segundo. Encima de él, DeShaun Thomas, un ala-pívot de 2,01, así que Rudy echó el balón al suelo, un bote hacia el lado derecho para alejarse ligeramente de su defensor y salto hacia atrás para evitar el tapón…

El lanzamiento no fue académico, sino escorado a la derecha y a una mano. Rudy ejerció mucha fuerza con el brazo y el hombro para impulsar la pelota en un tiro antinatural, a la heroica, y esta voló con una parábola elevadísima para caer a plomo sobre la canasta. Casi entró limpia: tocó levemente la parte posterior del aro.

Triplazo para tumbar al Panathinaikos por quinta vez seguida en el último año, desde el playoff de la temporada pasada. Triplazo para silenciar a los más de 18.000 aficionados que abarrotaban el OAKA. Rudy corría desatado con las manos en la cabeza, mitad alegría, mitad asombro. Aún quedaba la confirmación del vídeo, del Instant Replay. Esta vez la tecnología no iba a ser protagonista. Todo había ocurrido dentro del tiempo. Lamonica, el árbitro estrella italiano, lo confirmó. La bola salió de los dedos del mallorquín a falta de una sola décima. Un triunfo para abatir al PAO de Rick Pitino y de Nick Calathes, que era el equipo del momento con seis victorias consecutivas, y que ahora tiene más difícil acabar sexto, puesto de donde tiene pinta que saldrá el rival del Madrid.

Tavares, 14 puntos y 16 rebotes

Un éxito con Rudy en el papel de héroe y Tavares en el de mejor jugador del partido: 14 puntos, 16 rebotes y 2 asistencias para 29 de valoración. Vencedor en el duelo de gigantes frente a Papagiannis, otro 2,20 con pasado NBA. Aunque Laso mando a su torre al banco al inicio del último cuarto y lo tuvo ahí seis minutos. A falta de cinco, el Panathaikos acariciaba el pase a cuartos: 71-60. El Real descerrajó entonces un parcial de 0-10 en plena zozobra de Calathes, el cerebral piloto de la nave se descontroló (airball incluido). Gran labor de Campazzo atrás. Langford rompía la sequía local con un tirito cercano y esquinado (73-70) y la grada volvía a respirar, a rugir. Randolph sumaba un tiro libre y Papagiannis erraba dos, pero Calathes agarraba un rebote con pinta de decisivo que Langford no aprovechó desde el 6,75. Era el turno de Rudy, de su triple-milagro.

El Madrid solo había ido por delante con el 0-3 y se llevaba el gato al agua tras remontar 18 puntos (32-14 al final del primer cuarto). Su puesta en escena había resultado descorazonadora. Venía de caer ante el Baskonia y el Barcelona anotando en ambas ocasiones 76 tantos y se esperaba algo más. Su falta de tensión alarmaba, pero si algo ha demostrado en el último año es que ha aprendido a levantarse en el OAKA. Ya conocen la arenga del tendero griego del Olympiacos a Laso el pasado abril, cuando comparó al equipo blanco con gallinas tras perder la batalla inicial del playoff por 28 (y 20-0 en los cinco primeros minutos).

Así que de nuevo se puso en pie de manera inopinada y agarró un éxito al vuelo, más allá incluso del bocinazo final, porque ese balón de Rudy aún surcaba el cielo cuando sonó la campana. Y lo atrapó con solo 74 tantos encestados y un paupérrimo porcentaje en el tiro (23 de 65, 35%) porque hizo de tripas corazón. Supo responder con serenidad y defensa hasta anular al equipo de moda. Sofocó a un Calathes que iba casi a ritmo de triple-doble (14 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias en tres cuartos) y que terminó descabalgado con un -4 de valoración en el último periodo, el decisivo. El Real volvió a tiempo y a lo grande.