EUROLIGA | GRAN CANARIA 90-OLYMPIACOS 67
El Gran Canaria pide perdón devorando al Olympiacos
La isla se despide de la Euroliga con su equipo dándole una tunda a uno de los grandes de Europa. Eriksson, 24 puntos y 6 triples, el mejor. Los griegos se complican los playoff.
Tan superior fue esta noche el Herbalife, que el Olympiacos jamás fue por delante en el marcador. Sin nada que perder y mucho que ganar, tanto como el orgullo y la sensación no sentirse tan inferiores al ogro griego, los pupilos de Pedro Martínez se marcaron su mejor partido de la temporada en la despedida de la Euroliga en casa. Mucho
Sin nada en juego salvo el honor, mancillada su imagen tantas veces este curso en Euroliga, el Gran Canaria se convirtió en una envenenada amenaza para el otrora todopoderoso Olympiacos, huérfano de su gran estrella, Spanoulis. Así, tres triples seguidos de los amarillos, una de Rabaseda y dos de Strawberry, un ex del equipo griego, le pusieron rápidamente 9-0, siendo Weber el encargado de inaugurar el casillero de puntos de los pupilos de David Blatt. Llegó a ponerse a solo tres, 11-8, en menos de lo que dura un pestañeo. Entró entonces Jacos Wiley en escena, y eso enalteció sobremanera los ánimos de un pabellón que lo adora, y eso que fue el último en llegar. Dos canastas del enérgico interior norteamericano devolvieron las aguas a su cauce, 19-10, lo cual obligó a Blatt a parar el partido cuando aún quedaban 2:06 para el final del primer cuarto. Los suyos reaccionaron mínimamente, y por eso acabaron perdiendo solo de 3: 19-13.
Un palmeo de Balvin, que recuperada sensaciones tras unos partidos de bajón, mantenía al Granca por delante: 23-18. Se multiplicaban los fallos en ambas canastas y los locales, menor poderío ofensivo en el suyo, se mostraban encantados. Tanto fue así, que entre Rabaseda, con un 2+1, y Vene, con cuatro tiros libres, le dieron un lustroso +12 a los suyos: 33-21. Poco a poco, picando piedra, el Herbalife cimentaba su mejor partido del curso en Euroliga y Strawberry, con tres tiros libres, le daba lustre y brillo al inmenso partido que jugaba la formación insular: 38-24. Al final, bastante hizo el Olympiacos con marcharse al descanso perdiendo de 10, 40-30, tras un poderoso mate de Milutinov.
Ni que fuera una conjunción perfecta, dominaba el Gran Canaria espacio y tiempo ante uno de los colosos europeos. Y eso que su mejor anotador, Marcus Eriksson, apenas sumaba dos puntos. El alero sueco, 14 puntos en este cuarto, llegó tarde a la cita, como reservándose, acaso consciente de que su momento llegaría tan pronto como divisara el aro del Olympiacos. Así, enchufó tres triples seguidos para reventar el partido: 49-30. Arrinconados, los jugadores griegos parecían además alelados, pues sumaron tres ataques consecutivos acumulando dos señalizaciones de pasos y otra de dobles. Lo que se dice un equipo fuera de onda.
Un triple de Toupane divisaba a lo lejos un ligero conato de remontada, 54-39, pero cuatro puntos seguidos de Wiley y un triple de Vene disparaban de nuevo al Herbalife en el marcador, 63-42, 67-48 al final del tercer acto.
El último periodo fue una delicia para el Herbalife, dándose un festín de época en ambas canastas, por fin competitivo en la Euroliga. Empezó el Olympiacos con un pírrico 0-5 a su favor, pero de nada le valió. Los amarillos, tras poner en entredicho su imagen tantas veces este curso, pidieron perdón a su afición, tan castigada tanto en España como allende los Pirineos, de la mejor forma posible: devorando a uno de los grandes de Europa. Otros dos triples de Eriksson (seis en total) le daban un estruendoso +25, 83-58, ante los aturdidos pupilos del protestón Blatt.
No pudo tener mejor despedida el Gran Canaria Arena de la Euroliga, a la que dice adiós sin garantías de verse a corto-medio plazo. Al menos, pudo vivir su gran noche, la última. Los sueños se cumplieron y lo bueno, siempre, se hace esperar.