Después de las festividades relajadas del All Star de Charlotte, saldado con éxito para una ciudad que asumió el mayor reto de su historia como anfitriona de un gran evento, Carolina del Norte tensó los músculos para el gran ritual de lo que en ese estado es religión: la Tobacco Road Rivalry, el Duke-North Carolina del baloncesto universitario. Una de las grandes rivalidades no solo del Sureste sino de todo Estados Unidos. Y un partido marcado esta vez por uno de los grandes fenómenos universitarios de los últimos tiempos: Zion Williamson.

Pero Zion Williamson solo jugó 34 segundos. La bestia física que tiene a Duke como equipo número 1 del país con la locura de marzo acercándose, y el favorito de consenso para ser 1 del próximo draft, un sueño ya nada disimulado en ciudades como Nueva York, cayó fulminado en una de las primeras acciones del partido. Una de sus zapatillas reventó literalmente cuando apoyaba la pierna y su rodilla perdió estabilidad en la caída. Al hospital con malos presagios aunque su entrenador, el venerado Mike Krzyzewski, dijo después del partido que podía tratarse de un esguince y que en principio se habría evitado una lesión de máxima gravedad. Hoy sabremos más.

Está en juego el número 1 del draft par Zion, en función de la gravedad final del problema, y la temporada para Duke. Sin él, una fuerza de la naturaleza de dificil catalogación y enorme influencia defensiva, muchos ven a Duke como presa de las Gonzaga, Virginia, Kentucky, Tennessee... Para dar la razón a esta teoría, los Blue Devils se mostraron impotentes ante los Tar Heels (72-88), el número 1 del páis derrotado por el número 8 y su eterno enemigo, a pesar de que cuenta con otros dos futuribles para el top 5 del draft: Cam Reddish (27 puntos) y RJ Barrett (33, 13 rebotes y 4 asistencias). Pero sin Williamson, Carolina del Norte tiró en un 50% y se cebó en la zona (62-28 en anotación ahí). Luke Maye, el pívot senior de los visitantes, acabó con 30 puntos y 15 rebotes y Cam Johnson, con 26 y 7. Ambos equipo se medirán en Chapel Hill el 9 de marzo. Ahora quedan, en la ACC, ambos 11-2, el mismo baloncesto en la Conferencia que Virginia.

Barak Obama, Spike Lee... muchas caras conocidas estaban a pie de pista en un Cameron Indoor Stadium (9.314 espectadores de capacidad) en el que las entradas más caras (2.500 dólares) rondaban precios de Super Bowl (2.600) e iban mucho más allá del All Star de la NBA (menos de 1.700). A partir de la lesión de Zion, el partido se volvió una sucesión de pérdidas (36 totales) y errores desde el triple (16,9% combinado) en el que North Carolina se templó mejor. El equipo de Roy Williams, que lamentó la lesión de la gran estrella rival, no ganaba en pista de una Duke elevada al número 1 nacional desde 2004.

Más madera: hasta este duelo, sus choques (leyenda del baloncesto universitario) desde 1976 señalaban un 51-52 para North Carolina (el histórico queda ahora 138-111) con un 7.988-7.985 en puntos para Duke. En lo deportivo, si la lesión es de varias semanas, las consecuencias serían catastróficas para los Blue Devils, en caída ya en las casas de apuestas nada más producirse la acción, aunque todo lo que sea evitar un problema de máxima gravedad en la rodilla volverá a quitar dudas sobre el favoritismo de Zion Williamson para ser número 1 del próximo draft de la NBA.