BILBAO BASKET 87 - LEYMA CORUÑA 59
El Bilbao Basket olvida la Copa con un palizón al Coruña
Sigue en la pelea por el segundo puesto. Por físico, defensa y convencimiento barrió a un rival que no está en su liga. Edu Martínez al fin empieza a salir del túnel.
La tristeza por la Copa Princesa perdida ante un Betis que está en otra liga tuvo el mejor consuelo para el Bilbao Basket, que se dio un baño de vitaminas ante un Coruña que sufrió en sus carnes lo que los equipos del segundo peldaño padecen ante el intocable líder. Hubo buenas noticias en Miribilla, para llenar tres telediarios, ya que se dio un triunfo con aportación de todos, firmando rachas anotadoras que les reconectan con la confianza, recuperando para la causa por fin a Edu Martínez; hubo momentos defensivos muy buenos y un nivel físico al que el Leyma no podría llegar ni con escalera. Era el momento ideal para recuperar a gente que andaba tristona y hasta por redescubrir el equilibrio en el juego: 50 puntos en la zona para un equipo que acostumbra a abusar demasiado del tiro. Fue un absoluto despliegue de tiros cortos, bandejas y mates, ante un rival al que se cogió en el momento ideal: Monaghan no es ni sombra de lo que era ("solo tiene el nombre en la camiseta, es otro jugador; tratamos de que coja sensaciones para el futuro", recalcó un Aranzana al que siempre es un placer ver en plazas grandes como Miribilla), se fue Araujo y en su lugar está aterrizando Serrano, Avia sigue lesionado y Stephens solo juega, no puede ni entrenarse. Al cuadro coruñés le costó entrar en la batalla física, chocar, rebotear, usar las faltas (cero en el primer cuarto), circular y proteger la bola... y eso que su ataque es de los mejores de LEB Oro y Aranzana trató de cambiar estructuras. En la segunda parte fue barrido.
El Bilbao fue salpicando un par de sorpresas durante el partido que cambiaron el ritmo de juego, muy parejo en el resto de los tramos. De inicio subió líneas defensivas y volvió a emplearlo en el segundo cuarto; y sacó la impericia del Coruña a la hora de superar la presión. Monaghan, que no jugó en la primera vuelta por lesión, estaba muy solo a la hora de subir la bola y se fueron prodigando pérdidas, violaciones por no pasar de campo en ocho segundos y nervios. Total que un 13-5 de salida y un 10-0 poco después, con Brown anotando todos los puntos, para tocar la máxima diferencia local: 42-31 a falta de 2:21 para el descanso. Los locales se subieron a una ventaja cercana a la decena, fueron cogiendo vuelo y solo se apearon de la fluidez un breve tiempo antes del descanso. Huertas, otro de los renacidos, dio esta vez una buena rotación para llegar a bloquear líneas de pase y al Leyma le perjudicó las dos faltas que se cobró en apenas cinco minutos Stephens, un cuatro que fue compañero de Lammers en Georgia Tech con piernitas de alambre y una mano matadora.
A Edu Martínez se le esperaba en Miribilla porque aún no ha acabado de parecerse ni de lejos a aquel jugador de Burgos con tino desde el perímetro. Su clase apareció en el arranque del segundo tiempo, con ocho puntos seguidos. Encarriló el RETAbet los dos últimos cuartos de forma placentera. Y una antideportiva a Cruz revolvió un poco el nervio, que parecía apagado por una travesía tan cómoda. El 77-53 hizo recostarse al personal a disfrutar de la soberana paliza. Si quedaba algo por adquirir era la confianza de algún jugador más, al margen de Edu Martínez, como Matulionis y Larsen. Se conquistó. Schreiner la encontró pero solo parcialmente. Mongahan tiene cierta reputación en esta Liga, pero si les ves por primera vez hoy en Miribilla piensas que es un becario. No puede una lesión dejar a alguien con esta carga de desconfianza. Y Uchendu, otro hombre fundamental para Aranzana, fue un muñeco de trapo bajo el aro ante los kilos y las ayudas del RETAbet cuando le entraba el balón al poste. Encima Jeff Xavier se tuvo que retirar por un fuerte golpe en la nariz. La fiesta concluyó con la puesta en escena de Mendikote, reclamado por la grada.