LeBron James regresó a las pistas e hizo honor al aura que le acompaña. La megaestrella de los Lakers fue el más acertado en el derbi de Los Ángeles, que los Clippers disputaban como locales en el Staples Center, quedándose a una asistencia del triple-doble (24 puntos, 14 rebotes y 9 asistencias) pese a que volvía a las canchas tras la baja por lesión más larga a la que se había enfrentado: no había jugado en cinco semanas y media, desde el Día de Navidad ante los Warriors.

Los Lakers tomaron control ya a mitad del primer cuarto, sabiendo muy bien por dónde atacar al rival sin que los porcentajes se les fueran de madre. Brandon Ingram fue el que mejor inicio tuvo, y el relevo se lo dio el ínclito Lance Stephenson (que dejó la jugada más curiosa del partido, con codazo a Marjanovic y celebración posterior para sentenciar el marcador). Los Clips aguantaban, pero en el tercer cuarto hicieron aguas y permitieron a Rondo dominar los tiempos de los ataques y a LeBron tener el espacio suficiente para distribuir.

Marjanovic y Harrell superaron a los McGee, Chandler y Zubac, muy flojo esta vez (1/6 y 3 rebotes), pero era desde el exterior desde donde venía la ofensiva con la que los Clippers recuperaron todo el terreno y forzaron la prórroga. Harris tuvo un encuentro algo fallón de cara al aro pero complementado en muchas facetas y Williams, ex-jugador de los Lakers, fue el que ejecutó con frialdad. 112-112 fue el resultado al final del tiempo reglamentario estipulado.

Dos tapones y las dos jugadas decisivas, un tiro con paso atrás de James y la mencionada de Stephenson, hicieron de menos el esfuerzo de Lou Williams y pusieron a los Lakers por delante sin nada más que ver.