EUROLIGA | JORNADA 20

El Gran Canaria cede en el último minuto ante el Buducnost

Los de Víctor García le pelean el partido al Buducnost hasta los últimos segundos. Cole, Bitadze y Clark, decisivos. Apareció Vene.

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Más allá de aciertos o errores puntuales, poco puede reprocharse el Gran Canaria tras su derrota ante el Buducnost. Compitió hasta el final para vender cara su 14ª derrota europea del curso antes de viajar mañana a Badalona. En menos de 48 horas le espera otro test de máxima exigencia.

En la locura de los primeros minutos, tanta intensidad como fallos y precipitaciones, Norris Cole se desenvolvía como pez en el agua, con 8 puntos para darle las primeras ventajas al Buducnost, 15-10, que apenas encontraba resistencia en Rabaseda y sus siete puntos iniciales. De repente, el atasco mutó en despilfarro ofensivo, y Báez, Jackson y Vene (2) firmaron una tremenda secuencia triplista para el 23-21 de un partido que, por entonces, era precioso. El primer acto lo cerró, cómo no, Cole, que selló el 27-24 final con su 13º punto.

Por entonces se había frenado sobremanera el ritmo del partido, lo cual beneficiaba al Gran Canaria. Con el triple de Eriksson empató el partido a 29, y una canasta de Pasecniks le concedió acto seguido su primera ventaja del encuentro. Balvin reventó el aro del Buducnost para el 36-36, y el 36-38 del final del segundo parcial anunciaba tremenda batalla tras el descanso. Por poco no se cae el pabellón tras un triple del ex ACB Edwin Jackson que suponía el 48-45. El Herbalife sobrevivía gracias a un héroe inesperado, el discutido Vene, que enchufó su cuarto triple, seguido de una deliciosa suspensión, 59-57, para sofocar cualquier conato de rebelión balcánica. No terminaba el Granca de hacerse con el control del partido, pero al menos sabía contener las embestidas del Buducnost.

Con todo por decidir, Cole, Clark y Bitadze cogieron el mando. El primero con una canasta propia del jugón que es, el segundo con un triple y el tercero con dos tiros libres, todo seguido, le dieron a los suyos un 73-63 que podía ser decisivo, pues apenas quedaban dos minutos de partido por delante. Entre Pasecniks y Paulí recortaron hasta el 73-67. Sin embargo, Oliver se jugó un triple que no fue a ninguna parte, y ante la pasividad defensiva final del Herbalife de poco sirvió el lejano enceste de Eriksson sobre la bocina que puso en el marcador el definitivo 75-70. A diferencia de tantos partidos este curso, el Gran Canaria compitió hasta el final. Tras la derrota, empata con el Buducnost merced a su balance común de 6-14.