Blake Griffin ha estado esperando este día durante mucho tiempo. Salió de los Clippers tras llevar toda su carrera allí por la puerta de atrás, con un traspaso justo meses después de renovar a largo plazo y con la promesa de los responsables de que allí se quedaría mucho tiempo. Tenía una espina clavada en el corazón y hoy, ya con Detroit Pistons, se la ha podido quitar con mucho gusto.

Su equipo ha vencido, no sin complicaciones, por 104-109 en el Staples Center. Ha aportado 44 puntos, además de 8 rebotes y 5 asistencias, una actuación sobrehumana si tenemos en cuenta los nervios conjugados con las ganas que se tienen en partidos de este tipo en los que no ves más allá de la reivindicación propia.

Los Pistons dominaron todo el partido, pero se quedaron en blanco al final. Los fantasmas de las 4 victorias en los últimos 22 partidos volvieron a aflorar cuando se quedaron sin anotar en dos de los últimos tres minutos. Los Clippers se acercaron, teniendo a tres a su rival y la posesión de su lado. Un robo de balón de Bruce Brown sentenció el encuentro. Detroit gana su segundo partido de 2019.

José Calderón jugó 8 minutos y anotó 5 puntos sin fallo.