NBA | JAZZ 106 - THUNDER 107

Un Paul George a nivel de MVP (43+14+6+5) niega la remontada a los Jazz de Ricky (12+7+14)

El jugador de los Thunder se salió en Salt Lake City. Los Jazz estuvieron a punto de remontar, pero Mitchell falló un tiro libre decisivo.

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Los Thunder siguen bailando al ritmo que impone Paul George. Lo hace en el coliderato de la Conferencia Oeste con la cuarta victoria consecutiva y un partidazo tremendo en Salt Lake City ante los Jazz, a quienes ganaron por 106-107: 43 puntos, 14 rebotes, 6 asistencias y 5 robos. Poco más que añadir.

Pero repasemos cómo fue el partido, que ahí no puede quedar todo. Los locales fueron los que dominaron la primera parte. Ricky Rubio tenía buena parte de culpa de cómo movían sus compañeros el balón por la línea exterior, filtrando casi siempre él los pases hacia dentro. Les falló el acierto: entre Mitchell (2/8) y los suplentes que no eran Sefolosha (0/10) dilapidaron opciones para llevar su ventaja mucho más arriba.

Los Thunder sufrieron en defensa una barbaridad. Son un equipo aún por pulir y que destaca más en la ofensiva que en defensa, pero supieron tener el ojo y el tino para que, con esas lagunas, los Jazz no se les fueran muy lejos.

En la segunda parte llegó George. Ya había metido 17 en los primeros dos cuartos, pero lo de la tercera manga fue un golpe en la mesa. Fardaba ante el clásico público de Utah después de meter tres triples consecutivos. Fue un tiro suyo el que parecía que dejaba las cosas ya firmadas (97-106, minuto 45), pero quedaba mucha tela que cortar, tanta que los Jazz tuvieron la prórroga a punto de caramelo.

En esos últimos tres minutos OKC metió un mísero punto. Los Jazz, con canastas de Gobert, Crowder y Mitchell, metían todo el miedo posible. El propio Mitchell, a falta de cinco segundos, se fue hacia el aro a campo abierto, desbordó al defensa y se dispuso a machacar fuertemente a una mano, pero Westbrook metió una mano que tocó ídem y pelota y mandó al joven a la línea de tiros libres. Falló el primero y metió el segundo, justo lo que no tenía que hacer. No hubo tiempo siquiera para hacer falta al rival y los Thunder salvaron in extremis el partido.