EUROLIGA | 14ª JORNADA

Llull mete 5 triples en un Madrid perfecto durante 32 minutos

Los blancos perdieron 16 de sus 18 tantos de ventaja ante el Bayern, pero reaccionaron al final. Entre Llull y Randolph, 41 puntos. Tavares, 4 tapones. Buen final de Thompkins y Rudy.

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El campeón de invierno, el líder al final de la primera vuelta, se decidirá el Día de los Inocentes, el 28 de diciembre, en Estambul en duelo directo: Fenerbahçe-Madrid. Pero eso será en una semana. Este viernes, el equipo blanco volvió a azotar al Bayern, convertido ya en su bestia negra en tiempos recientes, ahora también en baloncesto. Los de Laso cortaron la racha alemana de tres triunfos seguidos, la que había elevado a los locales a la sexta plaza, y abrazaron su duodécima victoria en catorce encuentros tras lanzar doce veces más de tres que de dos (y anotar un triple más: 15 a 14). Muy bien situados para la segunda vuelta, donde disputarán una jornada menos en casa que fuera.

El Madrid ganó con 19 puntos de Llull (encestó 17 de salida, en 13:03) y 22 de Randolph (la mitad del total) tras completar como colectivo 32 minutos ejemplares, casi perfectos. El pero es que se guardó 7:40, entre el final del tercer cuarto y el inicio del último, para el baúl del olvido (16 pérdidas en total).

Pasó de un plácido 40-58 (minuto 24) a un inquietante 66-68 (minuto 32). Parcial de 26-10 que le obligó a ganar dos veces, como el miércoles ante el Panathinaikos. Pero este Madrid es diligente con sus obligaciones y cumplió de nuevo. Tavares ejerció de perro guardián del aro (4 tapones y alguno que se perdió en el camino entre la pista y el que los apunta) para que Campazzo, Causeur (luego Llull) y Rudy defendieran en el perímetro con una red de seguridad atrás. Concedieron apenas cuatro tantos en los últimos cinco minutos.

La clase de Thompkins y Rudy

Momento también para que Thompkins destilara su clase ofensiva: triple y canasta a tabla casi sin respirar. No prueben a hacerlo. Las cámaras enfocaron al final al poco navideño Randolph por sus números de MVP, pero el cuarto decisivo siempre es de Thompkins. El faro en la tempestad. Rudy apuntilló con el último triple. La mejor acción de la tarde fue también suya. Cuando la primera parte expiraba, se lanzó al suelo de espaldas contra las sillas de la grada para robar un balón que acabó en manos de Campazzo, que la embocó de tres.

Era el broche a un primer tiempo de diseño: la ejecución práctica superó a la preparación teórica. Laso sacó de salida a sus dos bases y, sin embargo, su equipo se olvidó del bote y explotó los sistemas en busca del hombre mejor colocado. Y ese, muchas veces, fue Llull. En 13 minutos anotó 17 puntos con 5 triples (de seis intentos), todos menos uno lanzados tras un pase extra, sin bote. Recibir y tirar, como si ejerciera de alero finalizador, y eso le liberó. Fue un factor para el triunfo, no como Derrick Williams, el número 2 del draft de 2011, que amasó hasta 14 posesiones sin demasiado éxito. El Madrid venció en Múnich, otra vez, aunque en baloncesto solo sea la segunda en tres visitas.