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NETS 115-LAKERS 110

D'Angelo Russell 'se venga' en Brooklyn de unos Lakers a la baja

Gran partido y triple definitivo del base, traspasado en el verano de 2017 por los Lakers a los Nets para ganar espacio con el que fichar a LeBron.

D'Angelo Russell 'se venga' en Brooklyn de unos Lakers a la baja
Brad PennerUSA TODAY Sports

Después de ser un número de 2 de draft que llegaba (2015) para ser el nuevo rostro de los Lakers, nada menos, con 19 años, D'Angelo Russell fue traspasado en el verano de 2017 a Brooklyn. Llegaba otro 2 de draft a ejercer de base, Lonzo Ball, y los Lakers le usaron como cebo para mandar al Este el contrato horrible de Mozgov. Era un paso que abría camino hacia la posible llegada de LeBron James, y en ese sentido necesario, pero que enviaba al purgatorio mediático a Russell, que todavía tiene 22 años y ahora, sin problemas de rodilla, está jugando al mejor nivel de su ya ajetreada pero todavía corta carrera: promedia 18 puntos y 6 asistencias por partido con casi un 37% en triples para unos Nets que ya han superado el luto tras la grave lesión de Caris LeVert, suman seis triunfos seguidos por primera vez desde la temporada 2014-15 y se dieron, para ponerse a partido y medio de los baratos playoffs del Este (14-18 ahora) un gustazo ante los Lakers de LeBron... y Lonzo: 115-110.

Russell cumplió con su plan de venganza: 22 puntos, 13 asistencias (igualó el tope de su carrera), y cuatro triples, uno decisivo a falta de 22 segundos (113-107) que puso a buen recaudo un partido en el que los Nets mandaron desde el principio pero sufrieron la carga final de LeBron: de 98-85 a falta de 8 minutos a 100-97 casi un instante después. El resto fue una caza de casi seis minutos no consumada de unos Lakers (18-13) que juegan en un Oeste donde el margen de patinazos permitidos es mínimo. Vuelven al Staples con un feo 1-3 en una gira en la que tras perder en Houston jugaron de maravilla en Charlotte, ni comparecieron en Washington y se estrellaron en Brooklyn por una falta de profundidad muy evidente fuera del Staples: 48-18 en puntos de banquillo, más de 40 minutos para LeBron (36+13+8), Kuzma (22+11) y un Lonzo que al menos (23+6+3, 5/9 en triples) no salió trasquilado del duelo con Russell.

Los Lakers tiraron mal: 13/40 en triples y (otra vez) 13/23 en tiros libres, un potro de tortura. Hart está desafinado y faltan Beasley, McGee, Ingram y Rondo. Cuatro de rotación, los tres últimos muy importantes y con muchas opciones de volver en el regreso a casa, el viernes ante unos Pelicans todavía más necesitados que ellos... y que llegan con el gran deseado, Anthony Davis, al frente. Vienen días de rumores, muchos rumores. Y preguntas, muchas preguntas.

Pero esos son los problemas de los Lakers, varados entre la evolución de sus jóvenes y la caza de la segunda estrella, y frenados esta semana cuando parecía que habían despegado definitivamente. Los Nets juegan con los suyos propios en plena reconstrucción imposible y con un trabajo fascinante de Sean Marks en los despachos y Kenny Atkinson en el banquillo. Haciendo un equipo de la nada, tratan de amasar piezas fundacionales (Le Vert, Allen y veremos qué pasa con D'Angelo, que será agente libre restringido) y de competir cada noche con veteranos estabilizadores (Dudley, Carroll, Davis...) y un programa de desarrollo de jugadores paciente y eficaz que personifica Dinwiddie, que emerge como aspirante a Sexto Hombre del Año. Esta vez, 18 puntos y 6 asistencias. Acaba de ampliar contrato por 3 años y 34 muy manejables millones, otra prueba del excelente trabajo que están haciendo en Brooklyn para forjar un equipo desde la zona cero más absoluta.