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Emboscada turca en Ankara

Un gran Erden, un ambiente caliente y una actuación arbitral casera dan la victoria a Turquía. La Selección tendrá que esperar al partido contra Ucrania para sellar su pase al Mundial.

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Emboscada turca en Ankara
FIBA Europa

El Mundial tendrá que esperar al fin de semana. Una emboscada en Ankara, cocktail de un ambiente caliente, una pasión desenfrenada de una selección liderada por un gran Erden (16 puntos) y una actuación arbitral de tono rojizo, empujaron a Turquía a ganar (71-67) y a retrasar la clasificación matemática de un equipo que volvió a merecer un aplauso y que presentó en sociedad a otro talento, Darío Brizuela, que ya ha levantado la voz en la ACB y es el segundo máximo anotador de la competición nacional y que jugó un partido bravísimo que mantuvo vivo a España hasta el final. España perdió, sí, pero jamás se venció y demostró que este grupo de las Ventanas ha creado un estilo propio que, muy probablemente, obtenga el precio que merece el próximo domingo en Tenerife contra Ucrania. Y habrá que estar allí para aplaudirles.

La misión de Ankara era de máxima dificultad pero la Selección de las Ventanas ha generado una atmósfera de confianza impensable hace año y medio. Bastó pasarse por el entrenamiento matinal para saber que España no jugaría entregada pese a la teórica ventaja de Turquía, que tenía seis jugadores de Euroliga. La Selección se sobrepuso también a las dos primeras faltas, rapidísimas, de Pablo Aguilar, y a la segunda de Fran Vázquez nada más empezar el segundo cuarto. No era fácil, especialmente porque Semih Erden, castigado a sus 32 años pero con una tremenda envergadura, estaba gobernando bajo los aros (7 puntos de los 15 de Turquía en el primer cuarto). Scariolo pensó rápido y le puso picante al partido: Darío Brizuela. Caliente como viene dela ACB, donde está siendo un huracán (segundo máximo anotador de la competición y mejor español con una media de 15,9 puntos por partido, su segundo cuarto fue explosivo.

Penetrador habitual, estuvo explosivo en el tiro (13 puntos) y corrigió una peligrosa diferencia de Turquía (bien Tuncer en los triples), que se había marchado 29-23. España llegó más que viva al descanso gracias a ese arrebato de Brizuela en un ‘momento Estudiantes’. Por un momento coincidieron cuatro canteranos en cancha (Saiz, Jaime, Brizuela y Beirán). Felicidades al Ramiro de Maetzu.

Subieron los decibelios en Ankara y se peleó por cada tablón de madera del Sport Salonu. La permisividad arbitral con los turcos fue evidente, especialmente en los inicios de cada cuarto, lo que contrastó con la facilidad de España para alcanzar el bonus. En la guerra de guerrillas, Turquía empezó a ganar el partido con un estirón peligroso al final del tercer cuarto. Guler, desaparecido hasta entonces, hizo un triple que abrió la máxima diferencia del partido a favor de los turcos hasta ese momento: 56-48. Pero quedaba el comodín Brizuela y el corazón de esta Selección que jamás se entrega. España fue enjugando la diferencia (57-56). El trío arbitral perdonó una violación clara por pasos de Gecim y la jugada acabó en triple de Balbay (60-56). España resistió las embestidas de Turquía, sus diferencias de cuatro puntos y llegó al último minuto con 67-67 gracias a un canastón de Jaime Fernández. Semih Erden, enorme, anotó para Turquía a 32,3 segundos (69-67). Scariolo respetó los galones y Colom se jugó la última bola como ante Letonia en el Palacio. Pero esta vez las musas no bajaron a visitarle y España cayó. Pero de pie. En Tenerife le espera una fiesta, merece dársela.