NBA

Los Wizards ya están en crisis: 1-5, críticas, naufragio defensivo...

La franquicia de Washington fue arrollada por los Clippers en su último partido. Por ahora, parece que Scott Brooks no corre peligro.

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John Wall (Wizards)
Kelley L Cox USA TODAY Sports

Ahora mismo hay cinco equipos en la Conferencia Este a los que se puede considerar carne de playoffs salvo absoluta tragedia: Boston Celtics, Toronto Raptors, Milwuakee Bucks, Philaelphia 76ers e Indiana Pacers. Por increíble que hubiera parecido hace no demasiado (o sí...), en ese lote no se puede considerar ahora mismo a Washington Wizards. Un equipo que, en el mejor caso, parece como mucho destinado a los puestos del quinto al octavo. Hace no mucho, insisto, parecían una de las posibles alternativas al Este post LeBron James, que por fin ha llegado. Y un poco más atrás, era legítimo discutir si tenía más futuro el backcourt John Wall-Bradley Beal (llegaron en 2010 y 2012) o el que habían reunido los Warriors en la Bahía: Stephen Curry y Klay Thompson (2009 y 2011). Los primeros, 1 y 3 de draft. Los segundos, 7 y 11.

A las puertas de noviembre de 2018, los Wizards están 1-5. Como los Suns y con los Cavaliers (0-6) como único equipo peor en el arranque de temporada. En esos seis partidos han recibido 750 puntos, el tope en ese número de partidos para abrir una temporada desde que en 1990 a los Nuggets les metieron 916. Acabaron 20-62 después de una temporada anterior en 43-39... exactamente el récord de los Wizards 2017-18, que fueron eliminados en primera ronda ante los Raptors en su quinto billete a playoffs de los últimos seis años. Seis partidos no es desde luego una medida para hacer saltar las alarmas. Esta semana debería debutar con el equipo Dwight Howard, que si bien ya no es una estrella, sigue siendo un pívot defensivo de primer nivel y un buen reboteador. Esas dos estadísticas son un drama ahora mismo para unos Wizards que reciben 125 puntos de media, tienen el quinto peor rating defensivo y el cuarto peor +/- (-10,3) a pesar de que están en el top 10 en anotación (114,1).

Se puede no ser tan pesimista: han estado de gira por el Oeste, ganaron un gran partido en Portland, cancha muy dura, y han perdido solo por uno contra Miami, por cuatro contra los Raptors y los Kings y en el Oracle sufrieron una combustión absurda de Stephen Curry y su 11/16 en triples. Lo peor, seguramente, es que un equipo con la asignatura de química eternamente pendiente empieza a cojear por exactamente el mismo sitio... pero esta vez antes que nunca. Después de perder en Sacramento, John Wall habló abiertamente de la falta de esfuerzo defensivo y Bradley Beal aseguró que cada jugador iba a lo suyo y se preocupaba solo por sus asuntos. La respuesta colectiva fue el 136-104 ante unos Clippers que dieron 35 asistencias, anotaron el 54% de sus tiros y el 55% de sus triples con puntos de los trece jugadores que tenían activos.

Scott Brooks es un buen entrenador al que siempre se le cuestiona su capacidad para llevar a sus equipos al siguiente nivel. En Washington ha hecho la parte del trabajo por la que se le conoce (llegó en 2016 y el equipo automáticamente mejoró mucho, ganó 49 partidos y solo cedió en siete partidos en semifinales del Este, ante los Celtics). Chris Haynes (Yahoo Sports) ha asegurado que Brooks está respaldado por la franquicia y que su puesto no peligra pero al horrendo inicio de temporada. Pero en seis partidos, y por eso ha sido necesaria esa información, ya se cuestionaba desde fuera la paciencia de los Wizards con su entrenador.

Del equipo se fue Marcin Gortat, finalmente enemigo jurado de John Wall y un pívot, eso acabó pareciendo claro, sin la explosividad física que necesitaba el equipo y que, incluso camino de los 33 años con la espalda hecha polvo, todavía puede aportar Howard. Eso sí, el pívot y Austin Rivers traían a la rotación caracteres muy fuertes para un vestuario eternamente complicado. El base no encuentra, por ahora, su sitio: Brooks lo utiliza básicamente como tirador y su usage es el menor de toda su carrera (15,3%. A brooks, por cierto, le quedan tres años del contrato de 35 millones por cinco temporadas que firmó en Washington.

Esta temporada entre Otto Porter (número 3 en 2013), Beal y Wall cobrarán más de 70 millones. Sobre el papel forman un trío sobre el que construir un aspirante: un base tremendo, un escolta que es lo más parecido al primer Ray Allen que hemos visto en las canchas y un alero que ejerce de chico para todo a precio de oro. Pero entre lesiones, problemas de entendimiento y vaivenes de forma, los Wizards no crecen... mientras que el Este es una cosa más seria de lo que muchos esperaban. Al menos por arriba: a lo que sabíamos de Celtics y Sixers hay que sumar lo que estamos aprendiendo de Raptors y Bucks.

Los Wizards no deberían pasarse toda la temporada en un 31% en triples (12% Wall, 16 Green, 21 Porter...). Y muy probablemente Howard ayudará efectivamente a la defensa y las segundas unidades (otro problema eterno en Washington) mejorarán si van dando mejor uso a jugadores como Rivers. Es legítimo pensar eso. Pero también que el tren se le está escapando definitivamente a este proyecto: Wall (cinco años seguidos en el all star) lleva nueve temporadas en la NBA. Beal está en la séptima. Y o cambian mucho las cosas o pronto se abrirá de par en par el debate sobre posibles entradas y, sobre todo, salidas, que enderecen el rumbo. El talento está ahí pero este inicio de temporada está resultando absolutamente desilusionante en Washington.