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LIGA ENDESA | 5ª JORNADA

El fondo de armario le da al Madrid la décima en un mes

Los blancos siguen invictos cuando se cumple un mes del inicio de la temporada: 10-0. Campazzo ejerce de líder y Reyes saca nota. Minutos para Kuzmic y bronca a Pantzar.

Kyle Singler (Monbus Obradoiro) y Felipe Reyes (Real Madrid).
Kyle Singler (Monbus Obradoiro) y Felipe Reyes (Real Madrid).Lavandeira jrEFE

En Santiago se gana, claro, como en cualquier cancha, aunque nunca es plaza fácil. Ni para el Madrid ni para nadie. Y menos esta vez, tras llegar los de Laso a tierras gallegas después de la primera doble jornada de la Euroliga, tres partidos y dos viajes en cinco días. Tres victorias también. La racha blanca arrancó hace justo un mes y va cogiendo vuelo. La cuenta empezó el 21 de septiembre en la Supercopa, en el mismo escenario, el Fontes do Sar, y ante el mismo rival. Y ahora anda ya por las diez victorias seguidas, cinco de ellas en Liga.

El Madrid encauzó la jornada en siete minutos y medio, los que tardó en pasar del empate a 13 al 23-43 poco antes del ecuador del segundo cuarto (10-30). Yusta se había colado en el quinteto y Randolph, que empezó fallón, se soltó pronto y ayudó a su equipo a coger carrerilla. Disputó íntegro el primer cuarto y no volvió tras recibir un golpe en la espalda.

Con la victoria en el zurrón pese a las embestidas del escolta alemán Obst, Laso reservó al estadounidense y moderó los esfuerzos de Tavares y de Campazzo, que ejerció otra vez de líder. El técnico probó a Prepelic de falso base y le dio la primera minutada a Kuzmic (7 puntos, 7 rebotes y 13 de valoración en 19:37). Le faltó contundencia en ataque, pero se le vio mejor anclado, incluso con más fuerza, y bastante bien cerrando su espacio aéreo en el rebote. Deck rozó también los 20 minutos en pista (9 tantos y 9 capturas) y Prepelic, ansioso por anotar (y no debería), estuvo 10 sin mucho éxito. Ejecutó triples tan lejanos como forzados. El canterano Pantzar también actuó y se llevó la primera gran bronca del curso, nos recordó los primeros pasos de Doncic con los mayores.

La mano por el lomo fue para Felipe Reyes, puntual en todas las citas, como siempre. El relojito: 12 puntos en 16:45. Aportación tan exprés como efectiva. Un lujo, como la plantilla del Madrid.

Sin Llull, Taylor, Thompkins ni Ayón

Porque toca recordar que el Real aterrizó en Santiago con una convocatoria repleta de talento, con el máximo de doce jugadores que puede inscribir en el acta, pero a la vez sin Llull, Taylor, Thompkins ni Ayón. Y abrió el boquete definitivo en el segundo cuarto con Carroll, Rudy y Reyes en el parqué, más Kuzmic y Pantzar. Pasó de un +5 (21-26) a un +20 (23-43) tras un parcial de 0-12 que creció hasta un 2-17.

El Monbus Obradoiro se guardó la bandera blanca y siguió en pie, lo agradeció la grada. En el primer cuarto había lanzado cuatro tiros de dos y doce de tres y siguió por esa vía, aunque redujo su extremismo. Obst clavó dos triplazos y una canasta en un suspiro y le acompañó Singler: 33-46. Laso pedía tiempo muerto. Pantzar acababa de extraviar dos balones y recibió el broncón de Laso, como cuando Doncic asomaba del cascarón “¿Te crees que me importa que pierdas balones? ¡Me importa que defiendas!”, le gritó el técnico al base sueco de 18 años mientras le sujetaba de la camiseta. Le sustituyó por Prepelic, que estuvo unos segundos al timón hasta la entrada de Campazzo. El esloveno repitió luego como base en el último cuarto, cuando parecía no quedar pescado por vender.

Los blancos abrazaron los 23 puntos de ventaja (60-83) en medio de las chanzas de la afición local, que pedía con gritos de “otra, otra” que los árbitros le señalaran una nueva personal a su equipo. Era su manera de protestar contra lo que creían injusto: 24 faltas pitadas ya al Obra entonces y 14 al Madrid (26-20 al final). Pero lo que acalló esos cánticos fue una nueva aparición de Obst, que empujó a los suyos con un 11-0 (71-83). No quedaba tiempo para el milagro (apenas 2:44), pero por si acaso Laso devolvió a pista a Campazzo. Paladín blanco.