La noche ha sido larga para Lucas Mondelo y su equipo de ayudantes. "No quiero que las chicas piensen en Australia hasta el desayuno, pero nosotros tenemos mucho trabajo", confesó el seleccionador. Mondelo ha empezado esta noche la 'Operación Cambage' en el gran hotel La Laguna. Los números de la carismática pívot nacida en Londres son demoledores: ha hecho 103 puntos en 83 minutos de Mundial con un espectacular porcentaje del 68,8%. Es de imaginar que Mondelo plantee un sistema lleno de minas para Cambage, con defensas alternativas con mil ayudas o incluso zonas para no hacerle llegar el balón. Si contra Canadá decidió atrincherarse dando un paso atrás para no entrar en un juego de bloqueos y cambio que le desgastase, contra Australia el objetivo será intentar asfixiar a Cambage que, por otro lado, llega fresca a semifinales. Brondello ha sabido dosificarla: sólo ha jugado 83 minutos en 4 partidos, a dos cuartos por choque.

¿Y qué más tiene Australia? Para empezar, una pívot suplente que cubre con garantías los minutos de Cambage en el banquillo. Se llama Ezi Magbegor y con 19 años recién cumplidos recuerda en cierto modo a Astou Ndour. Samantha Allison Whitcom, campeona de la WNBA con las Seattle Storm y Bec Allen (New York Liberty) son las otras dos grandes referencias de las Opals aunque es Steph Talbot (Phoenix Mercury) la que juega más minutos.

España, con un nuevo camino

España llega más tocada que su rival a la semifinal. Habrá que comprobar el estado físico de sus jugadoras después del partido de ayer. Sin embargo, sólo había que ver la cara de sus jugadoras al final del partido para entender que al fin habían despejado las nubes negras que les habían rodeado en días previos. "No éramos nosotras", "estamos sufriendo", "nos hicieron dudar", eran frases que habían acompañado al vestuario todos estos días. Y no eran sólo palabras, Laia Palau admitió ayer que habían pasado horas intentando encontrar "el formato más idóneo de equipo". Seguramente por eso, los cambios en las rotaciones de Mondelo y la aparición estelar de Cristina Ouviña, valentísima, y de Queralt Casas, capaz de pegarse contra un muro si es necesario.

Por si no se había dado cuenta, habría que recordarle a España que si todo hubiese ido a pedir de boca, su rival de esta noche habría sido la inalcanzable Estados Unidos. La triste noche de Bélgica, sin embargo, le ha dado paso a esta nueva hoja de ruta en la que no parte como favorita en la semifinal pero en la que vuelve a jugar el papel de selección dispuesta a todo. Incluso de noquear a la gigante Cambage, el ogro bello del Mundial.