El tan anunciado 'Espai Navarro' en el Museo del Barcelona ha sido inaugurado este mediodía por el excapitán del equipo de baloncesto azulgrana, acompañado del directivo responsable de la sección, Joan Bladé, y del director del Museo, Jordi Penas, ha decepcionado en parte.

Es un pequeño espacio con dos vitrinas. En la primera está la camiseta que visitió La Bomba en los Memphis Grizzlies, su 11 del Barça y unas zapatillas del exjugador; y en la segunda, varios recuerdos: el balón con el que se convirtió en máximo anotador de la Euroliga (24 de noviembre de 2011 con 2.716 puntos), la placa que le acreditó como MVP de la Final Four de la Euroliga 2010 y algunas medallas, entre ellas, el oro del Eurobasket 2009, la plata olímpica de Pekín 2008 y el bronce olímpico de Río 2016. En las paredes, fotos e inscripciones donde se detalla su trayectoria y dos pantallas de televisión con imágenes del jugador en varios partidos y jugadas en Liga y en Euroliga.

Cada uno podrá tener su opinión, pero para un jugador que vistió 27 temporadas los colores del Barcelona, 20 al máximo nivel y que sumó 35 títulos, batiendo récords de la Euroliga, de la Liga Endesa y de la Selección, resumir su carrera en un pequeño rincón del Museo del Barça no parece ser muy merecido.