Mientras sólo había foco para lo que pasaba en el debut de España contra Japón en San Cristóbal de La Laguna, Bélgica se ensañaba anoche con Puerto Rico en Santa Cruz en el otro partido del grupo C. En el marcador simultáneo de FIBA casi hacía daño a los ojos el 48-6 del descanso que confirmó la condición de cenicienta de las boricuas. Puerto Rico, ese es su éxito, comparece por primera vez en el Mundial, al que consiguió acceder después de derrotar a Cuba o Brasil entre otras. Sin embargo, y pese a tener en sus filas a una jugadora de la WNBA (Jazmon Gwathmey juega en las Indiana Fever) y una universitaria como Isalys Quiñoñes (Darthmouth College), su debilidad es extrema. Quiñones es su techo con 1,91 y hay tres jugadoras que apenas pasan del 1,60. Gerardo Batista, su seleccionador, habrá tenido que trabajar con la psicología de sus atletas antes del trago que va a pasar esta noche con España (21:00 horas, Santiago Martín, Teledeporte).

Mondelo avanzó anoche a los periodistas en rueda de prensa que aprovechará el partido para probar cosas. Es tiempo de ensayos aún antes de afrontar la última jornada contra Bélgica y las rondas finales. La buena noticia es que al fin debutará Silvia Domínguez, que se lo ha dejado todo para llegar a tiempo al Mundial. Una lesión en el gemelo le ha dejado sin preparación pero no quería perderse la cita. Mondelo también quiere que Alba Torrens tenga minutos para ir agarrando chispa. Es la jugadora con más magia de la Selección y si España quiere alcanzar grandes empresas es obligatorio que ofrezca el mejor nivel. El resto han demostrado llegar a punto: Palau, Ndour, Nicholls, las tremendas Ouviña y Xargay ayer, Laura Gil, Queralt Casas, María Arrojo, Anna Cruz….

Es difícil pensar que puede haber un triple empate en cabeza después de la última jornada pero, por si acaso, España se tomará el partido con profesionalidad y con la intención de ganar de cuantos más puntos mejor por si en algún caso hubiese que jugar con el basketaverage. Los tiempos de descanso son breves en el Mundial aunque peor lo tienen Japón y Bélgica, que juegan con apenas 15 horas de descanso desde que acabaron sus partidos a última hora de este sábado.