La Supercopa española alza el telón de la temporada este viernes en Santiago con cuatro equipos, los tres mejores del curso pasado y el anfitrión, el Monbus Obradoiro. Cuatro plantillas largas y multiculturales, con deportistas que han vestido o podrían hacerlo la camiseta de 26 selecciones diferentes. Una especie de Supercopa de naciones en la que España está representada por apenas doce jugadores, incluidos los descartes, como es el caso de Yusta, que es baja por lesión. Hay cuatro españoles en el Madrid (Llull, Rudy, Reyes y Yusta), cuatro en el Obradoiro (Sabat, Pozas, Navarro y Llovet), tres en el Barça (Ribas, Claver y Oriola) y uno en el Baskonia (Diop).

Si tenemos en cuenta los equipos uno a uno, el Baskonia es el que acumula más nacionalidades distintas. Un total de once, solo repiten presencia los representantes de Georgia (Shengelia y el recién nacionalizado Janning) y de Argentina (Vildoza y Garino, ambos con pasaporte italiano aunque actúan con su país de origen). Al Kirolbet le siguen muy de cerca el Barça y el Madrid. Cada uno de los dos grandes cuenta con jugadores de diez países diferentes. Los azulgrana, además del grupo de españoles, tienen dos franceses (Heurtel y Seraphin). Y los blancos, dos argentinos (Campazzo, con pasaporte español, y Deck) y dos eslovenos (Prepelic y Randolph). Y lo que es más llamativo, dos suecos (Taylor y Pantzar). El Obradoiro, por su parte, además de los cuatro españoles cuenta con dos estadounidenses (Simons y Stephens). Una Supercopa muy internacional.