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LA INTRAHISTORIA

Alessandro Scariolo, un debut con su padre Sergio a 4.000 km.

El base, de apenas 16 años, se estrenó como jugador de la primera plantilla del Unicaja ante Olympiacos en Benalmádena por la ausencia de los internacionales del club malagueño.

Alessandro Scariolo, ante Spanoulis, durante su debut como jugador del Unicaja.
Unicaja

Las controvertidas Ventanas FIBA están dando lugar a situaciones realmente extravagantes. La última ha permitido el debut con el Unicaja, con sólo 16 años, de Alessandro Scariolo, el hijo del seleccionador que, después de pasarse años recorriéndose los pueblos de Málaga para no perderse un partido cada vez que sus obligaciones le dejaban, no ha podido estar en Benalmádena para ver el sueño de su hijo hecho realidad.

Alessandro, que lleva desde edad infantil en Unicaja y que de crío se paseaba con una camiseta de los Miami Heat de Dwyane Wade por el Carpena, jugó la Minicopa en Las Palmas con el club de Los Guindos en 2015 y desde entonces es un excelente ejemplo de constancia. Ha sido uno de los jugadores más mejorados de la cantera cajista en los últimos tres años y se le empiezan a atisbar condiciones para ser algún día un jugador de élite. Hubo un momento en que decidió no reparar en esfuerzos. A diario hace el trayecto Marbella-Málaga-Marbella para entrenarse en Los Guindos y dormir en casa para continuar su formación académica.

Admirador de Ricky Rubio entre otros, Alessandro Scariolo ha debutado a las órdenes de Luis Casimiro en Benalmádena. El Unicaja pierde esta semana, por compromisos internacionales, a Alberto Díaz, Jaime Fernández, Adam Waczynski, Lessort, Milosavljevic, Sasu Salin y y Giorgi Shermadini, lo que ha obligado al entrenador cajista a tirar de seis jugadores de 16 y 17 años. Además de Alessandro Scariolo, Javi Rodríguez, Lucas Muñoz, Jeffrey Godspower, Ismael Tamba y Matheus Maciel.

Scariolo (seleccionador) quiere que Alessandro se haga su carrera e intenta influir lo mínimo en el chico, que el año que viene podría viajar a Estados Unidos para formarse en una universidad americana. Su idea es mantener entrevistas con varias universidades (Luis Guil, segundo de Scariolo en esta Ventana, maneja buenos contactos) para descubrir dónde cala mejor su perfil.

De momento, su objetivo es no parar su crecimiento y eso pasa por jugar. En principio, Alessandro no ha dejado de crecer y podría pasar del 1,95 metros cuando termine su desarrollo. Lo que parecía un hobby parece ya algo más serio. Sin ir más lejos, Alessandro ha estado entrenando de manera específica su tiro junto a un histórico, José María Margall. Lo ha hecho este verano junto a otro jugador de saga, Javi Rodríguez, hijo del exdirector deportivo del Unicaja (ahora en el Betis Energía Plus), Juanma Rodríguez, y sobrino de Nacho, internacional, ex de Barça y Unicaja y actual mánager deportivo de la sección de baloncesto del club azulgrana.