Kevin Pangos, un 'esloveno' amante de 'Juego de Tronos'
El base canadiense dejó huella en Gonzaga, pero no fue drafteado. Sus abuelos paternos eran eslovenos así que tiene doble nacionalidad.
Un esloveno en Canadá
Sus abuelos paternos eran eslovenos. De ahí que el canadiense decidiera pedir la nacionalidad para tener más opciones de jugar en Europa. Su hermana Kayla también lo hizo y estuvo trabajando en París de profesora. El baloncesto lo lleva en los genes: su padre era entrenador universitario de chicas y su madre y su hermana también jugaron en la Universidad. A él, eso sí, también le tiraba el hockey hielo: un tío suyo jugó en la NHL y su primo fue drafteado por los Washington Capitals.
Encantado en el Zalgiris y en Kaunas
Aunque como Pangos confiesa su vida actual se resume en “comer, jugar al baloncesto y dormir” ha encajado muy bien en Kaunas. Le encanta la ciudad y su gente. Entre otras cosas, porque le reconocen y le paran por la calle y eso, para un base de 1,88 que no destaca precisamente por su altura, es especial. No tiene problemas con el idioma. ¿La razón? “A los lituanos les encanta practicar su inglés”.
Juego de Tronos y los spoilers
Terminó la temporada 7 de Juego de Tronos algo tarde y abandonó las redes sociales durante un tiempo para no comerse spoilers. Es una de sus series favoritas. Los capítulos, después, los comentaba con su prometida, que está estudiando enfermería en Nueva York, aunque lo visita siempre que puede.
Un ídolo en Gonzaga
Cerró su carrera como bulldog dejando su nombre inscrito en la historia de la Universidad de Gonzaga. Batió el récord de triples (acabó con 322) y se metió en el Top-5 histórico de la Universidad en puntos, asistencias y robos. Es el único jugador de Gonzaga que ha alcanzado 1.700 puntos, 500 asistencias y 150 robos. A pesar de todo esto, no fue drafteado. Decidió probar en Europa y fichó por el Herbalife Gran Canaria.