No hubo segunda sorpresa. Los Golden State Warriors batieron en el quinto encuentro a los San Antonio Spurs (4-1) y se medirán en las semifinales de la conferencia oeste a los sorprendentes New Orleans Pelicans.

Kevin Durant anotó 25 puntos, Draymond Green lideró al equipo en defensa (la trituradora está preparada) y acabó con una línea impresionante (17+19+7) y Klay Thompson hizo de ejecutor, utilizando los cortes a canasta sin balón en un día en el que su tiro exterior no funcionaba como suele (1/5 en los triples). Pero todas las miradas estaban puestas más allá de la serie. Todas las miradas estaban puestas sobre Manu Ginóbili.

El maravilloso escolta argentino, que nos regaló un partido más para el recuerdo hace un par de días en San Antonio, podría haber disputado sus últimos minutos NBA en el Oracle Arena. Con 40 primaveras en la mochila, podría decir adiós este verano a una carrera que hace ya años que nos dejó sin adjetivos.

"Llevo contemplando la retirada toda la vida", bromeó. "Dejaré que pasen uno o dos meses y después veré cómo me siento. No soy de los que toman decisiones precipitadas".

Ginóbili disputó 25 minutos en el quinto y volvió a ser de lo mejor de unos Spurs que cierran de esta manera una de las temporadas más raras que se recuerdan (el famoso caso Kawhi...). El argentino cerró el choque con 10 puntos, cinco rebotes y siete pases de canasta. Y LaMarcus Aldridge, que cierra una de las mejores temporadas de su carrera, volvió a ser el mejor de su equipo con 30 puntos, 12 rebotes y cuatro asistencias.

No sabemos si volverá Manu, pero sí sabemos que volverán Pau Gasol y Tony Parker. El español tiene contrato garantizado y dejó claro tras el encuentro que siente que aún tiene gasolina para rato. El francés, por su parte, dijo que también piensa seguir (tendrá que renovar) la próxima temporada.