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NCAA | FINAL FOUR

¡Hay final! Villanova y Michigan ganan ante 68.000 personas

Récord de asistencia en el Alamodome y semifinales sin sorpresa: Michigan acabó con el sueño de Loyola y Villanova arrasó a Kansas.

¡Hay final! Villanova y Michigan ganan ante 68.000 personas
TOM PENNINGTONAFP

68.257 personas abarrotaron como nunca antes el Alamodome de San Antonio, donde 66.166 personas se reunieron para la Alamo Bown de 2007 y más de 65.000 arroparon a los Saints contra Atlanta Falcons cuando (octubre de 2005) los primeros tuvieron que jugar fuera de Nueva Orleans tras el desastre del Katrina: el Superdome era zona catastrófica, como casi todo en la inigualable Big Easy. Récord de espectadores y dos buenas semifinales que, contra lo que sucede tantas veces que ya es tópico, no incluyeron esta vez ni finales de taquicardia ni sorpresas hollywoodienses. Michigan laminó el sueño de Loyola-Chicago y la ya archifamosa Hermana Jean (69-57) y después Villanova, el campeón de 2016 y el equipo que más partidos ha ganado en un tramo de cuatro años en la NCAA (acaba de batir a la Duke 1997-01), aplastó a Kansas (95-79) con esa sencillez del equipo que hace cada día lo que otros solo pueden hacer algunos días.

Si el año pasado, por ejemplo, las dos semifinales se ventilaron por un +5 total, esta vez la diferencia combinada fue de 28 puntos. No es lo habitual… pero los Wildcats de Jay Wright están en Texas, lejos de Philadelphia y de territorio Big East pero cerca de donde (Houston) en 2016 ganaron su primer título desde 1985. Ahora, y cumpliendo con la santa hermandad de los brackets (el más apostado para la Final Four: más del 58% de las porras) partirá como favorita en una final que es de primer calibre porque los Wolverines de Michigan llegan con una inercia excelente, rematada con el asesinato a sangre fría de Cenicienta.

Loyola-Chicago, la gran historia de este March Madness, acabó siendo sencillamente (no es poco) el cuarto undécimo clasificado que llega a una Final Four… y el cuarto que cae en semifinales. Pero tuvo minutos en los que soñó con un final de blockbuster y desde luego no fue peor durante más de tres cuartos de partido: 22-29 en la primera parte antes de que Michigan firmara un 72-28 en la segunda (36-16 en los últimos 14 minutos), en la que ajustó la defensa hasta extremos febriles y contestó el 89% de los tiros de su rival, entre ellos los 16 últimos. Loyola bajó hasta el 37% en esos tiros con los defensores pegados y se fue desangrando sin remisión. Al falta de 7 minutos, Moritz Wagner anotó un triple que empató a 47. Después metió otro 8 puntos hacia el 59-51 a tres minutos del final del mismo modo que había sumado 11 en una primera parte en la que no se sabe a qué distancia habría acabado su equipo sin él, que sobresalió a pesar de una buena defensa de Loyola: 10/16 en tiros, tres triples, 24 puntos y 15 rebotes para el primer jugador con al menos 20+15 en una semifinal nacional desde Hakeem Olajuwon y Larry Bird.

Casi siete pies, alemán de Berlín y situado por los mock drafts en algún lugar de la segunda ronda del próximo draft, Wagner fue una estrella arrebatadora en el mejor momento posible… al menos hasta mañana por la noche. Los Ramblers de Loyola se retiraron entre lágrimas y con 32 puntos totales de Cameron Krutwig (17) y Clayton Custer (15).

Después, con menos drama, Villanova hizo lo que hace Villanova: atacar con una eficiencia asombrosa, desplumar al rival sin que parezca que esté subiendo todas las marchas. 95 puntos con 18 triples (18/40) que son récord en una Final Four y que igualan la mejor marca en toda la historia del torneo. Pero no fue un día iluminado sino uno más en la oficina: 52% en triples en la primera ronda contra Radford, 17 totales en segunda contra Alabama, 54% en el Sweet 16 ante West Virginia… y once partidos en toda la temporada con al menos 15 anotados. Podemos regresar hasta la semifinal de Houston 2016, cuando pulverizaron a Oklahoma (95-51) con un 61% desde la línea de tres.

Kansas (un título en sus siete últimas visitas a la Final Four), lo intentó todo y probó zonas que apenas pararon una sangría que arrancó con un 9-0 de parcial (11-2) y se convirtió pronto en un 22-4. Pero en ataque se quedó en un pobre 7/21 en triples, y en el arranque del segundo tiempo se acercó a 14 puntos (47-22) solo para que pusiera las cosas en su sitio (67-45 a 13 del final: game over) Eric Paschall: 24 puntos con un 10/11 en tiros, perfectamente dirigido por Jalen Brunson (18 y 6 asistencias), uno de los rostros que personifican a estos Wildcats, y apuntalado por Omari Spellman, que tuvo tiempo de firmar un 15+13 mientras desgastó con su defensa a Udoka Azubuike (8 puntos y 5 rebotes). Devonte’ Graham, otro que apunta a segunda ronda, terminó con 23 puntos, pero los Jayhawks, simplemente, no tuvieron potencia de fuego para seguir la pista del mejor ataque del país. Que partirá como favorito mañana en la gran final de 2018… aunque tendrá que tener cuidado con Michigan. Mucho cuidado.