El Gran Canaria pierde una oportunidad de oro en Rusia
Cayó ante el Lokomotiv el primer partido tras ir ganando durante más de 38 de minutos. El segundo asalto, el viernes en Gran Canaria. Kulagin y Collins, decisivos.
Se ahogó en la orilla el Gran Canaria ante el inexpugnable Lokomotiv Kuban, que sigue sin conocer la derrota en la Eurocu (79-74). El equipo de Luis Casimiro fue mejor durante los 38 minutos, pero murió por asfixia en los últimos segundos. Tendrá otra oportunidad este viernes en la isla. A vida o muerte: si gana, vuelta a Krasnodar. Si pierde, hasta el curso que viene.
El triple inicial de Rabaseda fue premonitorio del volcán que fue el Herbalife en el primer tiempo. Un segundo triple de Mekel, más un 2+1 de Rabaseda, pusieron un 3-13 en el marcador tras un parcial de 0-10 a favor del equipo insular. Obradovic asistía atónito a la exhibición visitante, y el 8º punto de un caliente Radicevic, firmado con un triple, le daba un +12 al Granca, 5-17. Un 2+1 de Ragland acto seguido fue el inicio de una pequeña reacción del Lokomotiv Kuban, que reaccionó para llegar al 24-27 al final del cuarto inicial.
El equipo ruso era consciente de que el partido se le escapaba si no era capaz de embarrarlo, de cortar el ritmo. Reaccionó la formación rusa, aunque un triple de Aguilar para el 31-35 dejaba las cosas casi como estaban. No llegaba el Lokomotiv a culminar su remontada, dándole respuesta el Granca a todos su intentos de abordaje. Un triple de Rabaseda volvía a darle un +10 a los suyos, 36-47, antes del 39-47 del final del primer tiempo.
Se dedicaba el Herbalife a contener las embestidas rusas, tan reiteradas como poco efectivas, hasta que una técnica a Obradovic metió de lleno al Kuban en el partido. Cierto que el tercer triple de un inmenso Rabaseda le da aire a los amarillos, 51-58, pero un hiperactivo Qvale empató poco después a 59, primera vez en todo el partido, salvo el inicial 0-0, en que la formación local no iba por detrás en el marcador. Apareció entonces Pablo Aguilar, que ajustó cuentas desde el triple, con la bocina del tercer cuarto sonando, para darle ventaba a los suyos antes de enfilar los últimos diez minutos.
Necesitaba el Gran Canaria, y mucho, que apareciera Albert Oliver, cuyo primera canasta llegó cuando habían pasado tres minutos del cuarto decisivo, un triple para el 61-67. Apostaba entonces Casimiro por mantener en cancha al veterano base catalán junto a Mekel, buscando así controlar el ritmo del partido que tenía de cara, mas no del todo, duro de pelar el Lokomotiv Kuban. Kulagin le sacó una falta antideportiva a Mekel a 2:38 para el final y puso a los suyos a uno de distancia, 69-70, lo que convertía los últimos segundos en un carrusel de emociones difícilmente soportable para corazones sensibles, empatando a 70 poco después.
Aparecían los nervios al mismo tiempo que los aros parecían empequeñecerse. Un triple de Ragland, a 1:37 para acbaar el partido, le daba al Lokomotiv su primera ventaja del partido, 73-70, dando forma además a un parcial de 10-0. Le echó arrojo Radicevic, que empató desde idéntica distancia. El primer fallo de Oliver en Eurocup desde el tiro libre dejó al Gran Canaria a 1 punto, 75-74, pero una excelente suspensión de Collins mató definitivamente el partido.