BILBAO BASKET 77 - FUENLABRADA 83
El Fuenla regresa a la senda de la victoria y Miribilla se inquieta
Popovic, descansado en la parte decisiva, cuajó un partido colosal ante un enemigo lleno de nervios y con las clásicas deconexiones. Mrsic se siente responsable de esta nueva crisis.
El Fuenlabrada regresó a la vía buena. Después de tres derrotas consecutivas, un equipo revelación que se precie tiene que dejar claro que cualquiera puede tener un accidente. Y Miribilla otra vez no es dañino para sus visitantes. Obradoiro abrió camino y el equipo del sur de Madrid ha continuado por él. Al Bilbao sólo le queda el consuelo de que ha perdido el Joventut, pero está en el mismo atasco que cuando se cesó a Carles Duran. Si 15 días atrás levantó a un moribundo, que arrastraba un 0-7, esta vez espantó las pocas dudas que empezaban a asaltar al equipo que asombra este año en la ACB. El REAbet es muy irregular, es su pecado de este año, ya parece imposible espantar sus desconexiones, va y vuelve sin que nadie le ponga remedio. Y Mrsic sigue empeñado en jugar a pulsos defensivos y no hay materia prima para ello: el Montakit, este sí que aprieta atrás, le dejó de una pieza.
El inicio fue frío. Empezó a ofrecer una sensación muy clara de que se iba a jugar a lo que quisiera el Fuenlabrada, que amarró los caballos y decidio emplear una lectura pausada del juego con mucha inteligencia. A partir del cinco contra cinco, optó por corregir cada movimiento rival con el mayor daño posible: cuando le tiraban un dos contra uno n el poste bajo, sabía invertir la bola y exprimir un pase extra para encontrar al tirador desmarcado. O en momento de apretura, poner a funcionar bloqueos para un Popovic que recorría línea de fondo y se levantaba de esa manera suprema con la que ha ido perfilando su carrera. Todos los que salían aportaban, a excepción de un despistado Olaseni. Por el contrario, el Bilbao Basket era un manojo de nervios. Su defensa involuciona y el ataque cada día es más ininteligible. Tabu absorbe el balón como una esponja pero es que los otros cuatro están quietos como estatuas y así el engranaje chirría. El Che García llevó la iniciativa en todo momento, con variantes defensivas que bloquearon a los 'hombres de negro'.
Tras un 0-7 con canasta triple sobre la bocina Sekulic el asunto se fue a 20-28 (-7:32). Mumbrú cogió las riendas porque la vida se le iba en cada jugada a su equipo. Pero la remada de los bilbaínos era a contracorriente, siempre con la sensación de inferioridad mental y baloncestística. Con el 33-46 en el último segundo del primer tiempo gracias a un triple alejado de Popovic se igualó la máxima diferencia visitante. Otra vez se escucharon pitos en un pabellón que lleva varias broncas contra su equipo este curso.
El Bilbao tenía una esperanza: el desgaste con faltas del Fuenla. Tres jugadores importantes alcanzaron la cota de las tres fa ltas: Olaseni, Vargas y O´Leary. Eso obligó al Che a activar a Chema González. Thomas empezó a hacer daño, ya que Gladness, recuperado tras la lesión, tuvo una nueva entrada fría. Mrsic fue trampeando con las armas interiores que tenía. Hasta recuperó a esos viejos rockeros Mumbrú-Hervelle como cuatro y cinco. Y tras otra mala rotación de Fischer le castigó con ración de banquillo. Salgado dio más sentido al juego. El balón por fin viajaba por varias manos antes del vuelo final a la canasta.
Y cuando todo parecía perdido para este Bilbao Basket inconexo, enloquecido por momentos, desde ahí, desde el foso (35-49), encontró una luz. Dos mates y una bandeja apretaron la diferencia: 67-71 (-6:18). Fue un quiero y no puedo, un amago de salir de la matinal de absoluta impotencia. Tabu se puso de escolta y Néstor García, que dejó un rato valioso a Popovic para tener su muñeca fina en el momento preciso, alineó a su arma letal. "La clasificación para la Copa no nos ha relajado, a nosotros nos cuesta mucho todo, tenemos que jugar a full todos los partidos. Estos jugadores han probado el gustito de ganar", reflejó el preparador argentino. "Estoy muy preocupado, tengo que hacer algo para que esto funcione, mme siento responsable", dejó caer Mrsic. En el parón se le va todo el perímetro, solo Salgado se quedará en Bilbao. Con estas herramientas va a pocos sitios y no se descarta que pida su particular 'killer'.