La victoria tan necesaria vuelve a La Fonteta por Navidad
Con un Green que tiró del carro (21 puntos), Valencia Basket rompió la racha de derrotas consecutivas (10) y recuperó la identidad del equipo que ganó la Liga.
En plena crisis de identidad en la Euroliga, el Valencia Basket abrió el baúl de los recuerdos y rescató el viejo libreto. Ese con el que ganó la Liga Endesa hace unos meses. Y ahí, con letras rojas había varias palabras escritas: intensidad, lucha y defensa. En definitiva, la ‘Cultura del Esfuerzo’, que dice su lema. Con estos ingredientes llevados al límite, a pesar de sumar una nueva baja (San Emeterio) y jugar con Abalde (fiebre) y Dubljevic, mermados, venció al Panathinaikos y le dio un mazazo a la interminable racha de derrotas que acumulaba. Vidorreta llegó entre silbidos y se fue entre aplausos. Cosas del baloncesto. La victoria volvió a La Fonteta por Navidad. El mejor en los locales fue Erick Green (21 puntos y 26 de valoración).
Con el golpe aún en el mentón, tras conocer la nueva lesión de San Emeterio, Valencia Basket salió a la pista groggy. Siete puntos seguidos de Panathinaikos en minuto y medio hizo a Vidorreta pedir su primer tiempo muerto. De ahí salió otro Valencia: si hay que morir, al menos que sea con orgullo. Y apretaron tanto atrás que, pese a estar muy desacertados en el tiro, llegaron a empatar (10-10). Sólo Lojeski (11 puntos en el primer cuarto) anotaba en los griegos. Un triple final de Rivers volvió a abrir brecha (12-17, min. 10).
Dos canastas dentro de Vougioukas ante un blando Dubljevic y otra de Auguste, con un palmeo pusieron la máxima renta griega en el partido (12-23, min. 13). Cada rebote era una guerra y Auguste, un titán bajo el aro taronja (cuatro rebotes ofensivos en apenas dos minutos). No había otra que arremangarse. La defensa taronja continuó más que digna y adelante empezaron a entrar. Un parcial de 15-5 empató el partido (28-28, min. 18), con dos triples de Green y una serie de ocho puntos seguidos de Pleiss, el ‘todocamino’ alemán más fiable. Los de Xavi Pascual estaban atascados. Lekavicius y Rivers vieron aro pero Pleiss y otra vez Green, de tres, reestablecieron las tablas (32-32), al descanso.
El dúo Green-Pleiss era en el que se apoyaba el Valencia para seguir dando guerra al Panathinaikos. Una canasta de cada uno puso las primeras ventajas taronjas (36-33, min 23). Pero justo ahí, el apagón griego se tornó en luz divina. Un parcial de 0-15, con dos triples de Singleton y uno de Lojeski, volvieron a lanzarles en el marcador (36-46, min 26). Otra vez en la lona, Valencia Basket se volvió a levantar, pleno de coraje y orgullo, para volver a diluir la renta griega con un parcial de 12-2 y con Green como eje de las operaciones y Dubljevic, inédito hasta entonces, percutiendo. Otra vez empate (48-48), con un cuarto por jugar.
El último cuarto fue una guerra. La lucha por cada rebote, por cada balón, era encarnizada. Y en la guerra surgen los guerreros. Con 57-57 en el electrónico con un Denmon desatado, apareció Doornekamp, con dos triples consecutivos que hicieron creer en la victoria taronja. Pero Papas, que acabó lesionado con un esguince, y Lojeski, nivelaron. Con 63-63 se entró en el último minuto. Van Rossom y Rivers fallaron y una canasta de Dubljevic tras un rebote ofensivo le dio la máxima iniciativa a los locales. Abalde perdió un balón pero Panathinaikos no supo anotar en el contraataque tras varios intentos. Tras revisar el árbitro la jugada le dio balón a Valencia con 65-63 y 2,7 segundos por jugar. Los intentos de Pascual y sus hombres fueron baldíos. Green, con dos tiros libres, remató la faena. La mala racha, como dicen por Valencia, ‘a fer la má’.