Jamás, en ningún momento del partido, llegó a ir el Fuenlabrada por delante. 2-2 al comienzo, y gracias. Fue tan superior el Herbalife que, aún relajándose en los últimos minutos, superó la veintena de puntos de ventaja. Más coral que nunca, anotaron todos sus jugadores. Hubo fiesta en la isla.

Y es que salió como un tiro el Gran Canaria, influido desde luego por el nervio y vitalidad de Paulí, gigante el paso adelante que ha dado este curso, titular esta mañana. Báez castigó con un primer triple para el 5-2, y sus compañeros detectaron pronto una vía de acceso por la zona del Fuenlabrada, tan despoblada como pareció todo el primer tiempo. Así, dos penetraciones consecutivas de McKissic le dieron la primera ventaja importante al Herbalife, 15-6. Poco después, 2 tiros libres de Seeley pusieron el marcador en 20-6 y sellaron un parcial de 11-0 a favor de los locales, únicamente cercenado por un triple de Vargas, 20-9.

Los locales se sentían a gusto, remando con la corriente a favor, y se avecinaba paliza en el GC Arena. El segundo parcial no pudo empezar mejor para los amarillos, con sendos triples consecutivos de Oliver y Seeley para el 30-14, marcador que desde luego obligaba al 'Ché' García a pedir tiempo muerto. 5 puntos seguidos de Cruz aliviaron un poco la herida fuenlabreña (32-19) ante un Granca que incluso se permitía el lujo de que su mejor anotador, el sueco Eriksson, no anotase su primera canasta hasta que quedaban poco más de tres minutos para llegar al descanso (37-23).

La formación madrileña se agarraba al propio Cruz, cuyo 7º punto en este periodo le otorgaba una mínima esperanza de remontada, 39-27. Sekulic perdió los nervios y fue castigado con encararse con Balvin, al que le echó en cara un codazo, y el propio pívot checo fue el encargado de finiquitar el primer tiempo reventando el aro rival, 44-29.

El intercambio de canastas en el inicio del tercer cuarto solo podía favorecer al Gran Canaria, a gusto como se ha sentido siempre en partidos de ida y vuelta. Sin noticias de Popovic, su primera canasta, un triple, llegó para maquillar en parte las magulladuras de su equipo, 50-36. De poco a nada sirvió, pues 4 puntos consecutivos de Paulí y otro triple de Eriksson le daban al Herbalife un clarificador 59-37. Con el partido totalmente controlado por parte del equipo de Luis Casimiro, increíblemente superior al rival si nos atenemos a la clasificación, la máxima del partido hasta ese momento llegó con una agónica canasta de Mekel al final del penúltimo periodo, 70-45.

Con todo decidido, el cuarto definitivo resultó un mero trámite. No le bastaba al Fuenlabrada con el despliegue físico de Eyenga o el técnico de Smits, cedido por el Barça, desde cuya atalaya de 207 centímetros lo mismo mete un triple que postea con clase. La renta llegó a rondar el +30, 81-53. El Gran Canaria no quiso hacer más sangre y el Fuenlabrada, por fin con alguna pincelada de orgullo, pudo maquillar el resultado. Aunque tampoco mucho, como así lo demuestra el 87-65 definitivo. Los insulares suman así su 5ª victoria en siete partidos, idéntico balance que ahora tiene el Fuenlabrada.