REPORTAJE

Romaric Belemene: Eyenga como espejo; Ibaka como ídolo

El alero congoleño (20 años y 2,02) juega esta temporada en el Unión Financiera Oviedo de LEB Oro cedido desde un Unicaja de Málaga con el que debutó en 2014.

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Romaric Belemene, durante un partido esta temporada.
FEB

Cuando Serge Ibaka debutó en la NBA con los Oklahoma City Thunder, Judicael Romaric Belemene Dzabatou contaba con tan solo 12 años. Su compatriota iniciaba frente a los Detroit Pistons una aventura que lo ha convertido en una de las grandes estrellas de la mejor liga del mundo.  "Es un ídolo para mí, para un congoleño es un emblema. Veía a Serge, un jugador como yo del Congo, con la oportunidad de estar arriba y yo quería, más o menos, llegar hasta donde él está, ser cómo él", dice el alero del Unicaja, cedido esta temporada en un Unión Financiera Oviedo que se encuentra cuarto en la LEB Oro.

A diferencia del internacional español, la aventura de Belemene no ha hecho nada más que empezar, aunque desde los 14 años ha escrito varios e interesantes capítulos. Del campus que el ala-pívot de los Toronto Raptors organiza en su país a Asturias con intervalos en Treviso, Málaga y Manresa. "Fue un salto complicado. Mi madre estaba a favor, me veía feliz y muy motivado para afrontar el reto. A mí padre le daba un poco de miedo dejarme salir de casa tan joven, pero tenía ganas de afrontarlo, convencí a mis padres y me dejaron ir", confiesa el MVP del Campeonato de España Junior 2013-14, vigilado muy cerca por Carlos Jiménez. El secretario técnico cajista visitó el Pumarín el pasado 21 de noviembre y no salió decepcionado: el 2,02 africano firmó 16 puntos (60% en tiros de campo) y cinco rebotes en 31 minutos para 20 de valoración. "Después del partido me dijo que me siguen desde que llegué aquí en la pretemporada. Dicen que he ido de menos a más y que están muy contentos con mi manera de afrontar esta temporada. Que siga trabajando, no me despiste y que si continúo así las cosas, todo saldrá", subraya.

Etapa en Manresa

En esta nueva página de su carrera, Belemene ha tenido que dar un paso atrás. Tras una dura temporada en Liga Endesa en un Manresa (donde jugó Ibaka en su primera etapa ACB) en el que jugó 30 partidos, pero solo diez minutos de media, el tres vuelve a coger impulso en la segunda división del baloncesto español. "Fue un año muy difícil. De confusión, de rabia, de impotencia... de todo a la vez. Cuando acabé mi anterior temporada, antes de fichar por el Manresa, había hecho una buena campaña y había entrenado en Estados Unidos todo el verano. No descansé ni un día. Pero luego, cuando el curso empezó, por algún tema, por alguna cosa como mi manera de entrenar, no acabé de jugar", confiesa. "Era un poco difícil para mí estar en el banquillo sin poder hacer nada, sin ayudar al equipo y tener carencia de minutos. Pero creo que también me ha servido mucho estar allí, en lo más alto. Ver como es la Liga Endesa, entrenar con jugadores de máximo nivel y aprender de ellos cada día".

Así juega Belemene

A pesar de esa mala experiencia, este aficionado al FIFA y al 2K mantiene el objetivo final de volver a la ACB. Es para lo que trabaja. Es para lo que se entrena. Y no le será difícil. Es uno de los mejores jugadores sub-20 de la categoría con 11,5 puntos y 4,8 rebotes para 14,7 de valoración de media. Un paso más en su trayectoria gracias a un equipo ovetense con una plantilla joven y que ofrece muchas oportunidades. "Es mejor estar aquí en LEB Oro jugando minutos que en la ACB en el banquillo. Aún soy joven. Aprender, cometer errores mientras juego y que no me quiten. Hacer errores y volver a hacerlos hasta aprender, crecer. Este año esa es la idea, seguir creciendo en la LEB y ayudar a mi equipo a conseguir el reto de estar arriba también", comenta para a continuación alabar su nueva hogar: "Oviedo es muy bonita, la gente es muy simpática. Además, el público está súpermetido y a nivel de club, la organización está súperbien, las condiciones de vida están muy bien".

Eyenga, Ibaka y el Congo

Regresar a la Liga Endesa, donde debutó con 17 años con el Unicaja, permitiría al alero encontrarse con el jugador del Montakit Fuenlabrada Christian Eyenga, un "espejo en el que fijarse".  Sin embargo, el poder magnético de Ibaka es insuperable. No solo por el territorio que ha conquistado, sino porque es su "padre en el mundo del baloncesto". "Sin él no habría salido, no habría sido lo que soy ahora, ni hubiera tenido la oportunidad. Me han ayudado mucho sus consejos. Es una figura bastante importante para mí", asegura un jugador de 20 años muy apegado a su tierra. A unas raíces que han sido balsámicas para él en más de una ocasión: "El pasado verano me sirvió mucho porque me fui a casa después de mucho tiempo sin ver a la familia. Eso me hizo mucho bien. La alegría de ver a la familia, volver a mi país, ver cómo está y ver a chicos que buscan tener la misma oportunidad que tú siempre ayuda a valorar lo que tienes, lo que has conseguido. Me motiva para querer hace más", comenta con añoranza un Belemene que vuela por las pistas en busca del tesoro: la grandeza en el baloncesto.