El Estudiantes se queda a un paso de una remontada increíble

Un sabor agridulce se llevó el Movistar Estudiantes de su viaje a Estrasburgo. Los colegiales perdieron en Francia su imbatibilidad en la Champions tras pasar de la más absoluta debacle en el primer tiempo, y la sombra del Gipuzkoa sobre sus cabezas, a una reacción furiosa en la segunda parte: del 42-19 (2:31, segundo cuarto) a tener opciones de ponerse por delante en la recta final (68-66, 3:20; 73-72, 30''). O al menos para llevar el duelo a la prórroga en los últimos segundos. Pero varios fallos encadenados evitaron lo primero y el lanzamiento triple desde la esquina de Cook no quiso entrar. Como antes le pasó a Alec Brown (75-72, 19''). Fue un partido de dos caras para los colegiales. Desastroso durante 20 minutos. Divertido y valiente, los otros 20.

Cuatro minutos. Eso es lo que duró el arranque del Estu en el partido. Ese fue el lapso que tardaron los de Vicent Collet en sacar las vergüenzas a los de Maldonado. Esas que se creían olvidadas tras enlazar cuatro victorias consecutivas: falta de intensidad, debilidad defensiva, poca imaginación en ataque... Nik Caner-Medley sufría de salida. El estadounidense no está fino. Sus problemas físicos son una carga para su estilo, y querer hacer mucho más de lo que su cuerpo le permite tampoco ayuda. Pero no fue el único que se hundió en el primer tiempo. En verdad, nadie se salvó. Y ante ese panorama postapocalíptico surgieron los lobos: David Logan (15) y Dixon (13), por un lado; Labeyrie (11), por el otro. Entre los tres descosían la defensa estudiantil y las ventajas eran un río: 25-7 al final del primero cuarto. 37-14 (5:49) y 42-19 (2:51) fueron las máximas de los galos. Los ramireños superaron la barrera de los diez puntos tras casi trece minutos de juego. Un drama.

Remar y morir en la orilla

Pero todo cambió. Savané dotó intensidad atrás, y Cook y Suton tocaron la corneta en ataque con un valiente Brizuela, una vez más. Vicedo entraba también en juego con su estilo incansable para todo: de tres, arriba y abajo, defensa y ataque. En resumen, con un poquito de todos, la reactivación de la defensa y el Estrasburgo dormido por esa renta cosechada que parecía inabarcable, las diferencias se ajustaban. Solo Dixon y Bilan respondían las acometidas estudiantiles. Un parcial 15-23 ponía a los de Maldonado con la orilla a la vista (60-49). Caner-Medley, Hakanson y Vicedo descerrajaron tres triple, Suton logró un dos más uno y el encuentro empezó de nuevo. Pero ya solo con 200 segundos por delante (68-66). Los arreones de Bilan, los tiros libres y los fallos colegiales dejaron el triunfo en Francia. El Estudiantes deja su racha en cuatro victorias seguidas. El inicio lo es todo, recuerden.