El Proceso se puso en marcha en la capital de Estados Unidos con sabor agridulce. Cayeron en Washington (120-115) ante unos Wizards que mantienen la misma columna vertebral de las últimas temporadas: John Wall y Bradley Beal lideran uno de los mejores backcourts de la NBA y Marcin Gortat continúa como propietario de la zona. Estos tres más Porter y Markief Morris (fuera esta madrugada por lesión), tienen la intención de asaltar el Este con permiso de los Cavaliers de LeBron y de unos Celtics que sin Gordon Hayward deben reinventarse de cero. Pero para llegar hasta ahí, deberán confiar en un banquillo que anotó 41 de los 120 puntos de los Wizards. Un 34% más que decente con Oubre y Meeks a la cabeza (14 tantos cada uno) .

Washington se permitió los primeros martillazos en primer cuarto: 32-23. Sin embargo, los Sixers fueron tomando conciencia de lo que pueden llegar a ser. De lo que son. Este año es esperanzador para ellos. Ninguna de las joyas de la corona estará fuera todo el curso como pasó con Embiid y con Simmons. Los dos están sanos y activos. Con ganas de derrumbar la muralla de un Este falto de nuevas y rutilantes estrellas. Son la esperanza en la Conferencia débil de la Liga. Son la esperanza en Philadelphia. Ambos y Markelle Fultz. El número uno del pasado draft comenzó su carrera NBA desde el banquillo. Los problemas durante la pretemporada en hombros y rodilla es lo que tienen. A pesar de ello, dejó detalles 18 minutos: Diez puntos (5/9 en tiros de campo), tres rebotes y una asistencia. Nada mal. 

Embiid y Simmons

Un Covington sobresaliente (29 puntos) y confiable Redick desde el triple (4/8), son escuderos perfectos para esta nueva camada. El pívot camerunés empezó con fuerza la campaña: 18 puntos y 13 rebotes en 27 minutos. Adiós, por el momento, a la restricción de minutos. Un doble-doble que imitó el número uno del draft de 2016. Simmons alcanzó el 18+10. Además, llegó a los cinco pases de canasta. Buenos números. Buenas sensaciones. Aunque enfrente dos colosos no iban a dejar que el triunfo se escapará en su opening day. 

Wall, con 28 puntos y ocho asistencias, y Beal, 25 tantos tras un arranque bastante espantoso (1/5 en el tiro) marcaron territorio cuando los Sixers se acercaban. Y lo hicieron cada vez que se les dejaba un metro. A falta de un minuto, después de descerrajar Covington su séptimo triple, Philadelphia se sitúa a dos (115-113). Dos pérdidas, una de Bayless y otra del propio Covington, dejaron en nada el esfuerzo de unos Sixers con opciones a soñar esta temporada. Porque si no es ahora, cuándo lo harán.