CSKA: favorito en las apuestas con el Chacho al mando
Aventaja al Fenerbahçe en los pronósticos. Itoudis sigue al frente del bloque que ganó en 2016, aunque ha perdido a Teodosic. Para sustituirle llega Sergio Rodríguez. Y por dentro, Hunter.
El objetivo de los clubes más poderosos, alcanzar la Final Four, es una machacona rutina para el CSKA. Háganse a la idea: en las quince últimas ediciones, el campeón ruso se metió entre los cuatro mejores catorce veces. El equipo más regular del siglo con el mejor registro desde que se implantó el formato de Final Four en 1988. Y sí, es cierto, catorce presencias y solo tres títulos. Muchas derrotas en el día clave, como el pasado mayo en Estambul ante el Olympiacos, el que equipo que más ha contribuido a que su leyenda negra se expanda.
Pese a todo, o precisamente por eso, el CSKA es antes de alzar el telón el principal favorito al título en las casas de apuestas. Y lo es, claro, por su gran plantilla, con retoques de calidad y fuerza y el gran fichaje de Sergio Rodríguez para suplir la baja del mago Teodosic, ahora en los Clippers. No son jugadores iguales, pero sí con algo en común, la genialidad. El Chacho ha ocupado de partida el sitio de Teodosic y por lo que se ha visto en los amistosos ya acapara una cantidad elevada de tiros y de protagonismo ofensivo. Formará una de las mejores parejas exteriores de Europa con De Colo, aspirante permanente al MVP, que también ganó Sergio en 2014.
El francés Leo Westermann llega tras un buen año en Kaunas para reemplazar a Aaron Jackson, rumbo a China (Beijing Ducks). Además, el puesto de alero se refuerza con Will Clyburn (Darussafaka), un jugador atlético con un gran potencial anotador, aunque con una pega: mal tirador de tres puntos. Sigue el completo y efectivo Cory Higgins, los tiradores Fridzon y Antonov, el polivalente y poderoso Kurbanov, y uno de los Kulagin, Mijail, el más joven, el que no fue al Eurobasket. Y sigue Dimitris Itoudis, el jefe en el banquillo, con su exacerbado detallismo, dicen que incluso superior al de Obradovic, su maestro.
El entrenador griego tiene dos cuatros que encajan con su estilo, Khryapa y Vorontsevich. El capitán es otro base en la pista desde el poste alto y más allá, ha suplido con inteligencia (toda) la pérdida de un físico que le llevó a la NBA, mientras que Vorontsevich es un pívot que amenaza constantemente desde el perímetro. Tiro y fintas muy efectivas. En el cinco sigue Kyle Hines, enorme defensor y bloqueador, una gran jugador de equipo, y se le une Othello Hunter, que no cuajó en el Madrid. El fondo de armario se rellena con Makiev y Korobkov.
Al favorito solo le vale el título y, como decían en el vestuario moscovita el año pasado, llegar a la Final Four ni se celebra.
Llull le quitó el premio de MVP el curso pasado, el que ganó él un año antes, en 2016, cuando se llevó el reconocimiento de la temporada regular y el de la Final Four. El francés, casado con una española, está en su plenitud, cada vez con una mejor lectura de juego, lo que unido a sus cualidades físicas (un base-escolta de 1,95) le hacen muy difícil de parar. Muy buen lanzador de tres, gran penetrador con una zancada potente, destacado finalizador y asistente. Lo tiene todo para volver a reinar en Europa, incluido a Sergio Rodríguez a su lado. Qué pareja.
