Seis años después, el Movistar Estudiantes volvió a disfrutar de un partido europeo como anfitrión y a diferencia de la última vez, cuando se dijo adiós a la Eurocup contra el Cedevita de Draper, Wright y Rudez (tres viejos conocidos de la Liga Endesa), la alegría en esta ocasión fue completa tras una victoria muy sufrida y trabajada ante el Groningen (77-69) que vale mucho más que jugar en la Champions FIBA: es la piedra angular de un plan para crecer económica y deportivamente. Es la clave para dar algo de salida a una cantera que poco a poco levanta cabeza. Es fundamental para que los mayores no estén encorsetados en un único partido semanal. Es eso y mucho más. Porque los colegiales vuelven a un escenario que nunca debieron abandonar por historia. Por tradición. Pero ya se conoce la corta y negra historia pasada con esos dos descensos no materializados en los despachos fruto de una gestión pésima en todos los frentes.

Y se consiguió a pesar de un desastroso encuentro que comenzó con 35 minutos de retraso por la sustitución de un marcador de posesión y que se resolvió en la prórroga. Mucha indecisión en defensa, poco camino directo al aro. Todo se desarrollaba desde el exterior y eso salvaba al Estu en los nerviosos primeros 20 minutos. Eso y un batallador Goran Suton. El 8/15 desde el triple resolvían los desajustes defensivos y el pobre acierto bajo los tableros cuando Arteaga dejó la pista (10-19). Un periodo que dejó buenos detalles de Hakanson y Brizuela, y la máxima antes de iniciar el segundo tiempo con un triple de un errático Landesberg (47-40).

Una lección de malas prácticas que debió ser aprendida en el descanso… pero no. Las ventajas se perdían con extrema facilidad sin que nadie diera con la tecla. Los colegiales estuvieron cuatro minutos sin anotar al volver del vestuario y Koenis, Curry y Pasalic arañaban puntos. Y Los nervios crecían, claro. En jugadores y público. El arbitraje made in FIBA tampoco ayudaba. Descifrar su criterio necesita una piedra de Rosetta. El empate a 65 condujo a una prórroga que pudo evitar Cook descerrajando primero un triple y luego fallando uno a escasos segundos del final. El base era el único con arrojo en esos instantes hasta que entró en juego Landesberg. El alero penetró e hizo suyo el periodo definitivo: ocho puntos seguidos y los holandeses, por fin, hincaron la rodilla.

Con este triunfo frente al Groningen, el Estu acompañará al Iberostar Tenerife y al UCAM Murcia en la fase de grupos del torneo continental. El Joventut quedó fuera en la fase previa. Los colegiales están encuadrados en el C junto al Banvit turco, el Estrasburgo francés, el Bayreuth alemán, el AEK griego, el Petrol Olimpija esloveno, el Umar Reyer Venecia italiano (cuarto en la última edición) y Rosa Radom polaco. Por su parte, los murcianos estarán en el A y los canarios tratarán de defender su corona desde el B.