SUPERCOPA | GRANCA 73 - MADRID 64
El Gran Canaria somete a un gris Madrid y defenderá su título
El equipo canario, con un gran nivel colectivo, dominó siempre ante un Real Madrid con pocas ideas en ataque y en el que solo brilló Ayón. En el minuto 25 iban 46-30.
Al Madrid le costará cabalgar sin Sergio Llull a lomos del caballo blanco. Queda claro, muy claro. Su estreno oficial del curso ha sido tan desalentador como ilusionante el del coral Herbalife Gran Canaria, que este sábado aspira a revalidar título. Un equipo entero contra Ayón, sería el resumen rápido y fácil.
La Supercopa marca con un bocinazo el final de la pretemporada, un torneo que coge a todos los equipos con el calzón a medio subir, aunque a algunos más que a otros.
De salida vimos a un Granca más rodado, y no porque clavara seis de sus ocho primeros triples, sino porque se mostró más compacto en defensa y ataque. Bien asentado atrás y a la caza de los espacios con el balón en la mano. Lanzó bien, y lo hizo con sus tiradores liberados. Oliver arrancó con un clínic del último pase, asistencias que valían como cualquier diana. Enfrente, enorme desconcierto ofensivo: solo dos asistencias del Madrid en el primer cuarto, las dos de Ayón, y cuatro al descanso más ¡13 pérdidas! con lo que eso arrastra: menos tiros, más carreras sencillas del rival.
Jugaba Doncic con un tobillo tocado, jugaba Randolph, Kuzmic añadía un par de aciertos bajo el aro y Taylor cortaba con intención. Pero solo Ayón, solo él, salvaba los muebles en medio de la zozobra general. El Granca defendía su corona con todo: más ilusión, más ganas, más fuerza y más baloncesto. El de Báez, tan sigiloso como determinante.
En la reanudación, el duelo parecía ir por los mismos raíles pero cuesta arriba. Más espeso todo aunque sin salirse del camino marcado. McKissic apilaba un par de aciertos, Paulí daba un paso al frente (las Ventanas le llaman) y el Real se pegaba de bruces contra el muro amarillo. En dos cuartos y medio, 30 puntos, a 12 de media por periodo (46-30). Flojísimo registro. A todo esto, Rudy transmitía malas sensaciones después del primer verano de descanso en su carrera. Causeur no tenía el día, Campazzo tampoco y en la otra trinchera surgía Luke Fischer (2,11 y 22 años) para dar continuidad a la labor de Báez. Hombre de equipo.
Con casi todo ganado, el Granca se paró y le brindó una oportunidad al Madrid: Ayón y Thompkins firmaron un 0-10. Un coletazo tan brioso como insuficiente. El Herbalife cruzó la meta sin alardes. Manejó bien la renta y defenderá el título de la Supercopa ante un Valencia que aborda su cuarta final seguida.