Juan Carlos Navarro, los cinco días mágicos de Kaunas
“La semana fantástica” lo llamó él. En los cuartos, semis y final del Eurobasket 2011 en Lituania promedió 29,7 puntos y fue nombrado MVP.
Juan Carlos Navarro, desde ayer ex-internacional, jugó sus mejores días de baloncesto, “la semana fantástica” lo llamó él, en el Eurobasket de 2011 en Lituania. Tres partidos en cinco días mágicos, entre el 14 y el 18 de septiembre, en los que promedió 29,7 puntos. No tres partidos cualquiera. En cuartos, le hizo 26 puntos a Eslovenia con una estadística de 7/8 en tiros de dos y 5/9 en tiros de tres. Dos días después, pulverizó a Macedonia en la semifinal con 35 puntos en, tal vez, el mejor día de su carrera. La Bomba coronó su exhibición con 27 puntos en la final contra la Francia de Parker, hizo campeona a España y recibió el trofeo de MVP de manos de otra leyenda, Arvydas Sabonis. Su foto en el quinteto ideal junto a Parker, McCalebb, Kirilenko y Gasol quedó para siempre.
Lo mejor de Navarro, sin embargo, estaba por venir. En lugar de acaparar los focos, decidió que el trofeo de campeón lo recibiera y levantara Felipe Reyes, cuyo padre había fallecido a finales de agosto en plena concentración previa de España al Eurobasket. Fueron los días en que la Selección hizo suya la canción de Bongo Botrako “todos los días sale el sol, Felipón”, una ocurrencia de Llull para escoger el tema y de Calderón, su amigo y compañero de habitación, en el cambio de letra que unió más si cabe al grupo. Navarro, muy apreciado por su calidad humana, siempre se ha ganado los vestuarios desde lo humano, solucionando crisis internas como que en su día se vivió en los Juegos de Pekín. O en Lodz, en el Eurobasket de Polonia 2009. Pero aquella semana de Lituania sólo hubo baloncesto. La explosión de La Bomba.