En el Eurobasket 2015 la República Checa fue una de las sensaciones del torneo. Aprovechó un grupo sencillo para meterse en los cruces y arrasó en octavos de final a Croacia. Después cayó ante Serbia pero aseguró un séptimo puesto histórico para un equipo que va a disputar su tercer Eurobasket consecutivo, lo que ya es motivo de celebración para el baloncesto checo. Pero semanas antes del inicio de la competición, el seleccionador Ronen Ginzburg recibió un varapalo tremendo con la renuncia del pívot Jan Vesely, un jugador diferencia que dijo estar “exhausto” después de una temporada ultra exigente en la que se proclamó campeón de la Euroliga con el Fenerbahçe. Tampoco estarán, además, David Jelinek, Pavel Houska, Petr Benda, Lubos Barton (estos dos últimos retirados), Blake Schlib y Ondrej Balvin, cuya baja hace todavía más daño a una rotación interior muy tocada sin Vesely. Así que las cosas no van a ser fáciles para un equipo que tiene a Satoransky como alfa y omega (y más sin Vesely) y en que hay varios conocidos de la afición española: Pechacek, Auda o el eterno Jiri Welsch, que sigue al pie del cañón con camino de los 38 años. Es un equipo de perfil bajo pero en el grupo C podría colarse entre los cuatro primeros y estar en los cruces. Y ya sería un éxito.
Después de formarse en Sevilla y airear su enorme capacidad en el Barcelona durante dos temporadas, Satoransky dio el pasado verano el salto a la NBA. Como rookie, le costó tener continuidad desde el banquillo y como reserva de John Wall, uno de los mejores bases del mundo. Pero en Europa, tiene físico y calidad para ser determinante.
