Los 'grandes' no garantizan su continuidad en la Liga ACB

Lo que el viernes era un principio de acuerdo entre la ACB y la Federación, con el visto bueno del Consejo Superior de Deportes para devolver la calma al baloncesto español, se ha quedado ahora en un principio de ruptura, con el sí a los ascensos pero sin el pacto global previsto. Entre los implicados hay quien cree que se ha dejado pasar una oportunidad única y que la ACB puede no solo no reducir equipos, sino subir de los 17 actuales a 18.

Los llamados grandes, lo tres clubes con plaza fija en la Euroliga (Real Madrid, Barcelona y Baskonia) a los que se ha unido el Unicaja, y que ya amenazaron en mayo con dejar la ACB y crear su propia competición, no quisieron comprometerse en la Asamblea del lunes a garantizar su presencia en la Liga las próximas seis temporadas. Esa es la duración prevista en el acuerdo con la FEB. Argumentaron que no pueden comprometerse a varios años vista cuando existe “un rodillo” contra ellos.

Uno más de los encontronazos que llevaron a Francisco Roca, presidente de la Asociación, a afirmar: “No hemos dicho un no rotundo, pero el modelo negociado con la FEB y el CSD no goza de consenso interno”. Habla de renegociar para acercarse “a los intereses globales de todos los equipos”.

En la Asamblea ACB se dio el visto bueno a los ascensos tras reducir las condiciones económicas de entrada de 4,8 millones a 1,6, cantidad que se puede pagar en cuatro plazos (404.000 euros este verano). Sin embargo, cuando se planteó el acuerdo para la reducción de la Liga a 16 equipos en 2019, en el que se incluye un abono anual de 500.000 euros de indemnización a los clubes de la LEB (por aceptar desde esa fecha solo un ascenso), se destapó la caja de los truenos. Once de los clubes de la ACB querían que esa cantidad la pagaran los grandes. Necesitaban el 80% de los votos, 12 de los 15 de la Asamblea (el Betis y el Manresa han perdido su derecho al voto tras el descenso). Y no lo consiguieron. Posturas opuestas sin resquicios para la negociación.

Los clubes de la Euroliga consideran que el que haya un solo descenso es un beneficio para los modestos y estos piensan que es una contraprestación menor a cambio de ceder a una ­reducción a 16 que solo les interesa a los poderosos. Estos propusieron un mínimo de 48 horas entre un partido de Euroliga y el siguiente de Liga. También que se ampliaran los diez cambios permitidos por plantilla. Sin éxito en ambos casos. Complicada hoja de ruta hasta la Asamblea del próximo día 20.