San Emeterio manda en Vitoria

Los errores locales, en forma de pérdidas absurdas, y la enorme clase y determinación de Saneme decantaron el primer tanteo entre Baskonia y Valencia en semis. ¡Cómo maneja el cuerpo y las ventajas el cántabro! Pura delicia. Hizo 24 puntos, 16 de ellos en la famosa canasta en la que decidió un título ante el Barça. Ambos venían de sudar en cuartos y se pegaron un buen tute. Pero tienen plantillas kilométricas para desarrollar 40 minutos a todo trapo. A falta de 4:37, siete puntos sonreían al cuadro vitoriano (77-70), en muchos minutos mucho más intenso que su enemigo aunque sin el convencimiento preciso en el inicio de los sistemas, pero el visitante recolectó ocho tantos solo con pérdidas y se puso con tres de ventaja en el último suspiro.

El mérito del Valencia es que no dejó de creer. Le colapsaron la zona para molestar a Dubljevic pero, olvidada aquella fragilidad mental por la derrota inexplicable en la final de la Eurocup, se agarró al partido en momentos que invitaban a dimitir. Se acomodó a uno y le estiraron la ventaja a diez, reaccionó para colocarse a tres y otra vez le pusieron a prueba… Todo eso lo superó, aunque intervino mucho el demérito vasco.

Con 80-78, San Emeterio metió un triple tras finta sólo al alcance de este superclase. La polémica se encendió después de una bandeja de Ledo que ponía el inquietante 82-83. Un fallo en el triple de Diot en el otro aro dejaba siete segundos por desgranar. No estaba en el bonus el cuadro taronja y podía hacer falta. En la carrera de Ledo, y a falta de 2,9 segundos, Sastre metió la mano al balón y con los brazos casi abrazó al alero norteamericano. Si no era antideportiva estuvo cerca. Sacó el conjunto local y Larkin inventó un tiro como pudo que no tocó el aro.

Era el colofón a un partido en el que la zona 2-3 de Pedro Martínez descentró al cuadro de Sito Alonso. Este tenía más repertorio que un Valencia a hombros de Dubljevic y Saneme (luego se incorporó Sastre), pero a Larkin, su líder, parece faltarle seguridad física, no está tan fino como en la liga regular. Ledo rompió una línea de igualdad con tres penetraciones en las que mostró exuberancia física: se escapó con una primera salida rápida y una zancada poderosa. El banquillo del Baskonia desniveló el debate a mitad de travesía. Tillie metió un triple que parecía destrozar la fe en la zona, cuando Sito optó por dos cuatros, con Shengelia en el otro lado: 80-78 a -1:42. Al final del partido se produjo una discusión entre Amaya Valdemoro, comentarista televisiva, y un reducido grupo de aficionados. La gente también se encendió por una carrera de Hanga tras tapón a Dubljevic y falta no pitada, aunque pudo pasar a Beaubois (en 16 minutos cuatro tiros ¿cómo se explica si no te implicas más y teniendo en cuenta que no eres agresivo en defensa?), que pisó la línea y atropelló a un colegiado. No se vio claro inicialmente. Debería preocuparse el Baskonia, al que Kuric con el Granca casi borra en la ronda anterior: esta vez jugó mejor que ante los canarios y cayó a la lona. Nadie había ganado hasta ahora a domicilio en el playoff y aquí hay uno que lo ha logrado.