Una Liga sin descanso
Las semifinales arrancan hoy. El Baskonia y el Madrid se enfrentan al Valencia y al Unicaja, respectivamente, por un puesto en la final.
La Liga Endesa inicia hoy la recta final de la temporada bajo un ritmo asfixiante: cada uno de los partidos de semifinales (mínimo tres y máximo cinco) estarán separados por tan solo 48 horas. Las 72 horas que existían el pasado año cuando se cambiaba de ciudad han quedado en 46 en el caso del Madrid y el Unicaja y 46:30 para el Baskonia y el Valencia. Una carga más que se suma a los minutos disputados por estos equipos en una extenuante campaña que ya supera los ocho meses de vida. “Hemos jugado muchos partidos, muchas situaciones y te da la sensación de que no es solo un tema físico, sino también mental. Estar prácticamente sin entrenar es complicado y difícil”, comentó Pablo Laso, entrenador del Madrid, tras el tercer duelo de cuartos ante el Andorra.
El conjunto blanco es el que más carga acumula. Incluido el duelo en el que se proclamó campeón de la fase regular contra los de El Principado, el Real suma seis partidos en 15 días. Casi tres por semana con viaje añadido a la Final Four de Estambul. Si ganase la competición doméstica, superando las dos últimas fases en cinco encuentros, finalizaría el curso con 85 partidos disputados: 11 más que el pasado año. El Baskonia, en la misma situación, añadiría nueve en comparación al año pasado. El Valencia y el Unicaja, catorce y seis, respectivamente. Si volvemos la mirada a principios del curso (23 de septiembre: la Supercopa), el Madrid concluiría con 269 días de competición y un encuentro cada 3,1 días.
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El nuevo formato de todos contra todos de la Euroliga y la necesidad de la ACB de cerrar la temporada (como pronto el 13 o 14 de junio y como tarde el 18) en consonancia con el resto de campeonatos europeos (en Grecia ya ha arrancado la final) han comprimido en esta medida el calendario. Un problema que se acrecentará la próxima campaña con las Ventanas FIBA de selecciones.
“No me gustaría que en el futuro esto hiciera que el nivel del baloncesto cayera porque los jugadores tengan que reservarse al tener que disputar muchos partidos”, continuó un Laso con ya muchos kilómetros a su espalda y todavía unos cuantos más por delante.